Diario de León
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Crítica de televisión yolanda veiga

Con estos números, Antena 3 o Telecinco habrían dejado ya a los emprendedores a la cola del Inem. Pero de TVE se espera que aguante, porque además el programa lo pagan otros. Código emprende , el reality laboral de la cadena pública, se ha estrenado con más pena que gloria. Lo programaron el miércoles, a continuación de Comando actualidad , a ver si el famoso efecto arrastre funcionaba, pero los espectadores no esperaron siquiera a saludar al polifacético Juan Ramón Lucas en su regreso a TVE. Seis españoles de a pie con más ganas que dinero competirán por un premio de 100.000 euros que dé el impulso definitivo a su negocio. Son gente sencilla, más ambiciosa en el fondo que en las formas, que van a ser examinados cada semana por un señor con traje y por un jurado que son la antítesis de Risto Mejide. El del traje se llama Carles Torrecilla, que podría ser un nombre muy artístico si le acompañara un poco de mala leche. Ellos verán, pero acuérdense de MasterChe f. Allí el que cortaba el bacalao era Pepe, el más borde de los tres. Los blandos, por lo general, no pintan mucho

Y hablando de MasterChef . El atrezzo de Código emprende recuerda un poco al reality gastronómico. Como en el concurso de cocina, el escenario es un local diáfano y juegan con las dos alturas. Arriba han colocado al jurado, a ver si mirando a los concursantes desde esa perspectiva les dejan de tener tanto cariño. Pero ahí acaban todas las similitudes, porque MasterChef ha llegado a superar los cinco millones de espectadores y Código emprende se ha quedado con unos pobres 700.000 (prácticamente la familia y amigos de los concursantes). Merece más. Aunque solo sea por lo original de la idea y por lo moderno de la estética (la realización está muy cuidada, la música bien elegida...). Otro de sus activos es el propio Juan Ramón Lucas. Los realities no necesitan más que un repartidor de juego, pero Lucas, buscado o no, tiene un protagonismo importante.

Es el contrapunto perfecto a los discretos jueces. Y un tipo que resulta cercano a los concursantes y, lo que es más importante, a los de casa.

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