«Aunque salgamos de ésta iremos a peor, porque parece que no hemos aprendido nada»

Lejos de encerrarse en buhardilla alguna cerrada a cal y canto, José María Merino sigue atentamente la actualidad, y siempre ha criticado actitudes y comportamientos que considera perniciosos para la cultura y para la sociedad en general. Ha dicho que los españoles «somos responsables del sistema electoral que tenemos, de los políticos que elegimos, de los beneficios de que disfrutan… Acaso nos regodeamos demasiado en nuestros infortunios, salvo cuando nos dedicamos a enfrentarnos sangrientamente», y de la crisis, que «material, moral y psicológicamente, nos afecta a todos, salvo a un ramillete de privilegiados que se siguen forrando con las vicisitudes de los mercados y de la prima de riesgo».

—Decía el otro día Luis Mateo Díez que estos eran ‘tiempos raros y efímeros’ y que la crisis viene porque hemos actuado ‘como auténticos tontos del culo’. ¿Es que se podía haber actuado de otro modo? ¿Deberíamos hacernos a la idea de que no regresarán los tiempos anteriores de, quizá, engañosa abundancia?

—Sin duda esa ‘abundancia’ se administró del peor modo posible: en lugar de consolidar los verdaderos cimientos sociales (educación, cultura, sanidad, una investigación más desarrollada y potente, una industria competitiva a nivel mundial...) se fomentó el derroche disparatado en la construcción especulativa o faraónica y, con ello, se generó dinero fácil y se desató la más turbia de las picarescas. Lo cierto es que, incluso aunque salgamos de la crisis (que tardaremos años) creo que iremos a peor, porque parece que no hemos aprendido nada. No entiendo cómo la gente acepta con tanta naturalidad perder el estado de bienestar que le dio a Europa los períodos más confortables de su historia para dejarse gobernar por un neoliberalismo que aborrece lo público y que, por lo tanto, resulta dañino para la inmensa mayoría...