Diario de León

La metafísica toma la Casona

Mariano Gutiérrez, nacido en Venta de los Ajos, expone sus obras en Carriegos.

El escultor leonés Mariano Gutiérrez Gutiérrez.

El escultor leonés Mariano Gutiérrez Gutiérrez.

Publicado por
marcelino | león
León

Creado:

Actualizado:

Desde Alicante llegan a la Casona de la Fundación Carriegos las obras de un leonés singular. Nació hace ya un montón de años en la pequeña localidad de Venta de los Ajos, entre Santibáñez de Porma y el Puente Villarente. Se llama Mariano Gutiérrez Gutiérrez y es un escultor de raza. Sus obras tienen algo de inquietantes. Sus personajes cuelgan en difíciles escorzos de diversos apoyos, casi siempre de espaldas al espectador y con la mirada escondida. Aunque él se considera autodidacta ha frecuentado los talleres de importantes artistas que le han ayudado a saber cómo trabajar la piedra, la madera o los metales, porque en sus esculturas se mezclan, casi siempre, varios materiales.

La dedicación de Mariano Gutiérrez a la escultura comenzó hace quince años: «Cuando era apenas un niño y mis padres me mandaban con el ganado, yo, mientras lo cuidaba, hacía pequeñas obras en barro que luego cocía de cualquier manera y que ellas solas se destruían. Esta nueva etapa comenzó en Alicante, donde tuve la suerte de encontrarme con un maestro que durante cuatro años me enseñó la técnica del barro». Después aprendió talla en madera y escultura en mármol. Y con ese bagaje le fue fácil sumergirse en el mundo escultórico que desde siempre bullía en su cabeza.

Sus esculturas producen una cierta angustia. «Los personajes de mis obras, en algunos casos, sufren auténtica tortura. Yo creo que cualquiera de ellos, si no estuvieran detenidos el tiempo, acabaría siendo destruido. Es una manera de reflejar esos momentos terribles, llenos de angustia, que todos vivimos en algún periodo de nuestra vida. Pero hay otras esculturas en las que intento contar que la vida es como un puente, un puente que las personas cruzamos a lo largo de nuestra corta existencia».

Fuerza revelada

Los personajes del escultor se presentan al visitante de espaldas, ocultando púdicamente su rostro. «Yo creo —explica— que el que te vean cara a cara a veces está bien, pero cuando estás de espaldas revelas mejor la fuerza enorme que estás haciendo para mantenerte vivo. Además, escultóricamente me permite poner de relieve la gran expresividad de los músculos».

De la obra de Gutiérrez se ha dicho: «La piedra o madera de manzano que remiten a su origen o las mallas metálicas, las escorias de fundición, el hierro, el aluminio o el metacrilato que evocan procesos más industrializados y recientes están presentes en su trabajo. Estos materiales se complementan entre sí, se abrazan, se apoyan, como sucede con las esculturas de gres, en inestable equilibrio, sujetas precariamente en un solo punto por brazos alargados por el peso o por un pie incrustado; aunque en otras ocasiones se retuercen y adaptan al soporte, como una metáfora de razones que se antojan ineludibles para afrontar el resto de la travesía vital. Algunas de sus obras, por ello, incluso tienen movilidad, como ahondando en la zozobra. Quizás también por esa causa, las figuras, sin interés naturalista, se convierten en unidades sin rostro, seres fragmentados o vacíos de órganos, y están texturizadas mediante una impronta en arcilla fresca que despierta, nuevamente, ecos de un universo natural y primigenio, de pieles y cortezas».

Las esculturas están acompañadas en esta ocasión por textos de David Fernández Villarroel.

tracking