Diario de León

Lynch, gurú de la meditación en Madrid, dice: «No sé nada de cine»

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sara brito | madrid
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Llegó el hombre. David Lynch protagonizó ayer el primero de sus dos días de visita en Madrid, a razón de la invitación extendida por la Escuela de Arte y Cine TAI y el Festival Rizoma, que hace dos años trajo ya al inefable John Waters. Por su parte, Lynch, con el tupé más resplandeciente y blanco del mundo conocido, apareció en una sala repleta de periodistas con el ánimo dispuesto a hablar únicamente de meditación trascendental, práctica que realiza dos veces al día desde el 1 de julio de 1973, «desde aquella mañana de sábado» en que su hermana se la descubrió.

Lynch se extendió en torno a los beneficios que ha tenido para sí mismo un tipo de meditación que ya abordó en su libro Atrapa el pez dorado , donde contaba a modo epigráfico los parabienes creativos que ha tenido en su vida y obra.

Llave que abre el cielo

«La meditación trascendental es una bendición para el ser humano, la basura sale de dentro y el oro entra. Hace más feliz a las personas y por tanto más creativas. Para los niños, los adultos, los ancianos, para personas de todas las religiones, simplemente nos hace mejores. Es la llave que abre la puerta del cielo en nosotros, la que abre la puerta del conocimiento y la consciencia», recalcó, haciendo de paso gala de su fundación desde la que ha formado a 300.000 personas en esta práctica, que, insiste, no es religiosa.

La lástima fue que David Lynch pareciera más interesado en dar una charla para recaudar fondos para su fundación que en hablar sobre sus experiencias creativas. Las cosas, dijo, se han puesto feas para directores que no hagan dinero seguro en EE UU.

El cineasta criticó al Gobierno estadounidense, «que no está en ningún caso interesado en el cine si no da dinero», y alabó el caso francés, que subvenciona las artes. «Eso habla muy bien de un país». Del cine español dijo poco o nada (salvo nombrar a su amigo Almódovar). Y zanjó la cuestión con un: «Yo no sé nada de cine. No soy especialmente aficionado tampoco, sólo me gusta hacer películas».

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