Saber ver

Llevamos bastantes meses preocupados por la enseñanza. Se suceden leyes, todas con fecha de caducidad, y parece que nunca nos vamos a poner de acuerdo. Hace algunas semanas, el ministro Wert, no sé si por convicción propia o para intentar acallar nuevas protestas, anunció que el audiovisual (el cine y la televisión, pero no solo esto) entraría como asignatura en las escuelas.

Muchos se dirán que para qué hace falta que nuestros niños aprendan cultura audiovisual. Se les puede responder que en todos los países que nos superan en el informe Pisa, el cine y la televisión se estudia en las escuelas como asignatura desde muy temprana edad. A lo mejor, esta carencia que tenemos aquí tiene algo que ver en que estemos en la cola. Actualmente nuestros niños están horas delante de la pantalla del televisor. Se pasan el día mirando imágenes, pero ¿saben ver? Porque no es lo mismo saber mirar que saber ver. Sin intención de ponerme paternalista, la enseñanza del audiovisual se presume como algo absolutamente necesario para las generaciones más jóvenes, que crecen rodeados de todo tipo de imágenes, desde múltiples pantallas. Se dice que la televisión es el medio que más influye en los jóvenes, por encima de padres y educadores.

Ante tal avalancha de imágenes de todo tipo, parece obvio la necesidad de enseñar a discernir, a sentarse ante una pantalla con un criterio.

Se trata de crear espectadores inteligentes. En la mayor parte de Europa se hace y en esto también nos ganan. Por supuesto hay iniciativas, como cursos y seminarios en colegios privados, pero se trata de que, en esto también, la enseñanza sea igual para todos.

Esta semana, el Festival de cine de Valladolid que finalizó ayer ha creado dos nuevas y encomiables ventanas, dedicadas a los colegios, ‘Miniminci’ y ‘Seminci Joven’. Centros de educación primaria, de ESO y de Bachillerato, han acudido en masa a determinadas proyecciones y a actividades relacionadas con el audiovisual.

Se ha buscado que las nuevas generaciones puedan ver un tipo de cine diferente al habitual, que se cree el hábito de ir al cine desde niños, que ver, y disfrutar de una película es también una actividad colectiva.