«Mi sueño es mostrar en León la música que hago en Francia»
La leonesa Sofía Miguélez cautiva al país vecino con su grupo Pierrot Panse.
Sofía Miguélez, durante un concierto con Pierrot Panse.
Los aficionados al folk leonés recordarán bien aquel acordeón rápido, versátil y mestizo que tanta personalidad otorgaba a los temas del grupo Sog en su anterior etapa musical. Pues bien, detrás de las teclas estaba Sofía Miguélez, una inquieta leonesa que desde hace cuatro años continúa su quehacer acordeonístico en Francia con una trepidante actividad de colaboración con varios grupos en la que sobresale su participación en Pierrot Panse, banda liderada por Guillaume Ougier.
Este músico originario de Gap, en plenos Alpes, comenzó en 2007 a ofrecer conciertos en solitario y dos años más tarde llegó a París para trabajar con otros profesionales. «Fue entonces cuando monté una formación acústica de guitarra, cello, contrabajo, acordeón y voz, y grabamos un disco, Façon de panser —relata—. La partida y llegada de nuevos músicos hicieron evolucionar el proyecto hacia un estilo más eléctrico, más moderno, y así, en la actualidad somos Edouard Heilbronn (bajo eléctrico), Matthias Moreno (batería), Sofía Miguélez (acordeón, teclado) y yo mismo a la voz y guitarras». Una formación que acaba de sacar a la luz La chamade , trabajo presente en varios concursos de chanson , alabado por un público fiel al género y que recientemente sonó en El Hexágono de Radio 3.
Miguélez lleva cuatro años viviendo en Francia. «Me vine porque acababa de terminar el conservatorio en Oviedo, llevaba mucho tiempo interesándome por la música balcánica, klezmer, tzigane, etc., y me apetecía probar el teatro y abrirme a nuevas músicas y experiencias. Además, era la ocasión perfecta para aprender una nueva lengua. Y bueno.... lo de la crisis se veía venir a la legua».
En cuanto a la posibilidad de vivir de la música en el país vecino, asegura que no es más complicado vivir de la música que de cualquier otra profesión. «Lo que ocurre es que requiere una organización y una manera de funcionar completamente diferentes. No es raro encontrar músicos que participen en dos, tres o más proyectos al mismo tiempo. Es porque los ingresos de cada mes son variables, pero, eso sí, cada mes debemos comer y pagar el piso. Así que entre unos grupos y otros, la cosa se equilibra. También es muy común que, paralelamente a los conciertos, demos clases de nuestro instrumento; esto ayuda a encontrar una cierta estabilidad».
¿Compensa ese trasiego? A Sofía, al menos, sí. «Las dificultades forman parte de la vida, y superarlas hace crecer en todos los sentidos. Tenemos la enorme suerte de vivir de lo que hemos estudiado, de lo que nos apasiona, en algo creativo con lo que podemos expresarnos... ¿qué más podemos pedir?».
Centrados en estos momentos en una serie de conciertos por París y su región, Sofía acaricia una esperanza: la de tocar en León. «Es uno de mis sueños desde que me vine a vivir a Francia: poder llevar alguno de los proyectos en los que toco a mi tierrina —confiesa—. Pierrot Panse me parece el más apropiado, porque, aunque sea en francés, todo el mundo puede captar la sensibilidad de las canciones escuchar las melodías, apreciar los arreglos, etc. Hace ya casi diez años que no vivo en León y no conozco muy bien las nuevas salas, teatros y centros artísticos que existen; pero pienso que un espacio que albergue a unas 100 personas en el público, con butacas para estar receptivo a una buena escucha y un escenario curiosín, puede ser del todo idóneo. Algo como El Albéitar sería perfecto».
No debería resultar algo complicado. «Pedimos rentabilizar el desplazamiento y pasar un buen momento. Un solo concierto costaría caro, por eso, lo ideal sería agrupar varios para que entre todos los beneficios podamos pagarnos el viaje, la comida y el alojamiento de los días que estemos por allí. Eso sí, ¡las ganas y la energía las ponemos nosotros!».