El leonés De la Huerga aúna en su nueva novela el azar y la felicidad

De un falso palíndromo ( Solitarios ) se ha servido el escritor leonés José Manuel de la Huerga para titular su quinta novela, suma de dos relatos breves que sin embargo comparten «un mismo ambiente» e incluso tipología de personajes, ya que sus protagonistas «buscan una salida al túnel de sus vidas».

Más allá del juego de palabras, De la Huerga ha hecho suyo con fines literarios este casual hallazgo del que se dio cuenta en una tienda de reprografía, cuando se disponía a fotocopiar el primer manuscrito de la novela. Solitarios son los personajes de ambas narraciones y es también el plural de un juego de naipes donde el «azar y la felicidad» convergen si aquel culmina con éxito por parte del jugador, dos rasgos que también comparten los personajes de Ultramarinos El Pez de Oro y Naipe de señoritas , explicó el autor.

Hablan de viajes, interiores y exteriores, una constante que gravita en toda la obra de De la Huerga (Audanzas del Valle, 1967), cuya última novela ( Apuntes de medicina interna ) fue recientemente galardonada con el Premio Miguel Delibes de Narrativa. De la Huerga, profesor de literatura en el Instituto Río Duero de Tudela (Valladolid), ha situado en una ciudad de provincias de finales de los años setenta del pasado siglo la atmósfera en que se desenvuelven sus dos historias, protagonizadas por la dueña de una tienda de ultramarinos, la primera, y por un agente judicial, la segunda.

«Son personajes anónimos, oscuros, en clara marginación y muy quietos en apariencia, pero un elemento les va a hacer moverse, buscar una luz a la salida del túnel en que se han convertido sus vidas», monótonas y rutinarias, en esa ciudad de provincias que el autor ha bautizado como Barrio de Piedra y que sería «una mezcla de León, Palencia, Salamanca, Valladolid y Zamora».