Diario de León

Cuando los dromedarios pisaban León

El profesor Carlos Fernández explica hoy cómo ha evolucionado la fauna desde la Edad del Bronce.

Imagen de dos dromedarios de la región de Ourika, en Marruecos.

Imagen de dos dromedarios de la región de Ourika, en Marruecos.

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cristina fanjul | león
León

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Hubo un tiempo en el que no resultaba exótico ver dromedarios paseando por las calzadas romanas que unían León con el resto del imperio, un tiempo en el que los ‘importadores’ del norte de África utilizaban este animal como medio de carga para transportar productos que convirtieron Roma en una potencia comercial. Este será uno de los capítulos que vertebrarán la conferencia Los estudios zooarqueológicos: aportaciones al conocimiento de nuestro pasado, impartida por el profesor de la Universidad de León Carlos Fernández en el ciclo Arqueoleón.

El profesor, que lleva desde 1996 estudiando las faunas arqueológicas de la provincia, destaca la importancia de esta línea de investigación para comprender el modo de vida, la economía, la sociedad y la cultura de los pobladores de la provincia desde la Edad del Bronce hasta la actualidad. Preguntas como qué especies había en León antes incluso de que se certificara la llegada del hombre, si había animales salvajes, cómo se gestionaban las cabañas ganaderas, de qué forma se procesaban los animales o qué enfermedades y deformaciones sufrían ayudan a comprender, también, cómo vivían nuestros antepasados.

Desvela, por ejemplo, la gran cantidad de dromedarios que se han encontrado en el yacimiento de Astorga, el hallazgo de un hueso de lince en el yacimiento de la Edad del Bronce de Villaornate o la introducción de gatos a partir del siglo I.

El ADN del lince

En el caso de los restos del lince hallados en El Pelambre, Carlos Fernández destaca que entos momentos se encuentra en fase de investigación para saber si se puede hallar ADN con el fin de compararlo con los ejemplares actuales.

En cuanto a las cabañas ganaderas, Carlos Fernández acredita que en la provincia ha habido de manera tradicional ganado porcino, vacuno y caprino y precisa que, por ejemplo, en el yacimiento de Puente castro tan sólo se han encontrado cuatro huesos de cerdo entre más de dos mil, demostración de que en el Castro de los Judíos no ocurría como en otros lugares de España y la población hebrea vivía segregada de la cristiana sin casi ningún tipo de relación.

En cuanto a los yacimientos romanos de León y Astorga, el investigador subraya que en el basurero encontrado extramuros de la Catedral se han hallado restos de porcino y vacuno, lo que demuestra que en los campamentos romanos el consumo del cerdo tuvo mucha importancia. Además, el gato llegó a León justo entonces y lo hizo, también, gracias a los comerciantes del norte de África ya que, como es bien sabido, el gato fue domesticado en Egipto.

Otra de las curiosidades que cuenta el profesor es el hecho de que ya por entonces había perros enanos, demostración de que la utilización del can como mascota y no sólo como animal de defensa se remonta a nuestros antepasados romanos.

Y es que, emulando a los Monty Python, habría que decir que la deuda con el Imperio se refleja en todos los aspectos de la vida. Las cabañas ganaderas evolucionaron con su llegada de manera exponencial. «Se hicieron más grandes, mejores, porque los romanos introdujeron su propio ganado y comenzaron un proceso de cruces con los que consiguieron una cabaña mejor», destaca Carlos Fernández , que subraya que esta evolución se paralizó a finales del siglo V, época en la que se produjo un empobrecimiento del ganado.

Lugar: Museo de León en Pallarés.

Hora: 20.00 horas.

Entradas: Entrada libre hasta completar aforo.

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