Cerrar

Joel e Ethan Coen cineastas

«Escuchamos música de gente muerta cuando trabajamos»

Los hermanos Joel e Ethan Coen.

Publicado por
maría estévez | los ángeles
León

Creado:

Actualizado:

Joel y Ethan Coen regresan a la música con su nueva película. A propósito de Llewyn Davis , que se estrena mañana, narrar el invierno de 1961 en el Greenwich Village neoyorquino en el que este músico de folk, interpretado por Oscar Isaac, se busca la vida en la gran ciudad.

—¿Cómo nació esta historia?

—Estábamos un día sentados en la oficina charlando cuando Joel dijo: ‘Supón que escribimos sobre un cantante folk en 1961’. Me pareció un pensamiento muy raro, pero eso es lo que hacemos cuando nos ponemos a escribir. Algunas ideas no va a ningún lado y otras terminan en una película.

—(Joel Coen). Durante mucho tiempo este guión estuvo en un cajón. Volvimos a él tiempo después y empezamos a pensar en la historia.

—¿Les gusta la música de esa época?

— Conocíamos este estilo de música porque la oíamos cuando éramos unos niños. Luego, cuando decidimos hacer esta película, empezamos a investigar este género musical y este periodo. J.C.: Recuerda que hicimos una película, ‘O’Brother’, y la música era muy parecida. Creo que ese tipo de música dinspira a la música folk de los 60. Es heredera. P: ¿Está el personaje central inspirado en un cantante en particular? J.C.: Con la excepción del personaje de Murray Abrahams, donde si hay una referencia a Albert Grossman que tenía un club en Chicago, todos son inventados.

—Pero siempre encuentran un lugar para John Goodman.

—E.C: Cuando estamos escribiendo el guión siempre oímos la voz de John en alguno de los personajes y a partir de ahí desarrollamos la historia.

—J.C: Su alma es como una vieja canción de soul que necesitamos en nuestras películas.

—Se habla mucho de las posibilidades de ganar una estatuilla para su actor protagonista, Oscar Isaac. ¿Qué vieron en él a la hora de interpretar el personaje central de la historia?

—J. C: Puedo decirte con el corazón que no conozco a ningún otro actor capaz de interpretar este personaje. Es un actor clásico brillantemente entrenado que es capaz de llevar todo el peso de la película sobre sus espaldas y al mismo tiempo es un verdadero músico.

—Todos los actores que trabajan a sus órdenes dicen que son un director con dos cabezas, que siempre piensan lo mismo y nunca pelean

—J.C.: Eso es un poquito exagerado. También hemos dado respuestas opuestas a los actores. Como cualquier colaboración nace de un punto de vista y luego el material va surgiendo. Entre nosotros existe una gran sintonía, de otra manera habría sido imposible trabajar de forma tan intensa durante tanto tiempo.

Música

—¿Qué música les gusta escuchar cuando no están trabajando?

—J. C.: Como bien dijo Ethan recientemente escuchamos a muchos gente muerta (risas). No conocemos mucha música contemporánea. Tengo un hijo de 19 años, pero no conozco la música que él escucha. Mi mujer me dijo que ahora hay muchos grupos que están directamente influídos por la música que mostramos en la película.

—Tienen un sentido del humor muy determinado. ¿Qué les hace reír?

—E.C.: No creo que haya nada demasiado peculiar en nosotros. Nos gusta reírnos de las bromas que hacen reír a todo el mundo

— J.C.: Nuestro sentido del humor es cercano a lo que hacemos. Añadimos humor a nuestras historias sin pensar en ello. A veces simplemente aparece en los libros. Nos gustan autores como Cormac McCarthy o Charles Portis, ellos tienen un sentido del humor muy atractivo y les hemos querido hacer justicia con nuestras adaptaciones

—¿Piensan en el legado que les gustaría dejar tras de sí como realizadores?

—E.C.: Seria abrumador pensar en el legado. Creo que como director lo único que quieres es trabajar, conseguir proyectos que te inspiren y llevarlos a la gran pantalla.

—J.C.: Tengo que decir que el proceso de realizar una película es la gran recompensa. Lo que nos mantiene la ilusión de seguir, aunque a veces puede ser muy duro. Es el placer de dirigir una película lo que hace que este trabajo merezca la pena.