Diario de León

Krahe: «No me gusta nada cómo se gobierna este país desde que nací»

El cantautor presenta el miércoles en León su disco ‘Las diez últimas’.

Javier Krahe en una actuación en León.

Javier Krahe en una actuación en León.

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pacho rodríguez | madrid
León

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Javier Krahe es el humor en serio. Un cartero-cancionista que siempre llama dos veces. El no se lo pierdan más seguro del panorama musical español. El miércoles, en El Gran Café de León, en uno de sus escenarios y ciudades favoritas, volverá a sonar su voz grave que vale para todo, para la ironía y las cosas livianas, la canciones de amores que fallan porque el amor es un juego de palabras, y las de la vida o la política. O todo lo que ve desde esa mirada de búho sorprendido con licencia para fumar. Si le dejan... Las diez de últimas es su último disco, que ya ha rodado lo suyo en los últimos meses. Diez canciones que son un capítulo más en su carrera. Y no lo deja. Eran mentira los rumores sobre su retirada, porque ya lo dijo en su anterior trabajo: cómo dejarlo si lo único que sabe hacer es Toser y cantar. Un consejo: si quieren hacerle feliz, pídanle las canciones del próximo disco, las que aún están por hacer. Y no le enfaden, que es Cinturón negro de karaoke...

—Vuelve a León y todo el mundo desea saber cómo: ¿solo o en compañía?

—Voy con mis músicos de siempre: Javier López de Guereña, a la guitarra. Fernando Anguita, al contrabajo; y Andreas Prittwitz, a los vientos.

—Pues es una formación de lujo para presentar su último disco, que en León no ha tocado aún...

—No presento el disco. Tocaremos canciones de él, seguro, pero es más un concierto con canciones mias. Y los músicos son los que llevo con ellos ya muchísimos años.

—¿Y cómo lleva, usted que tiene tantas canciones, que el público tienda a pedirle más las antiguas?

—La gente prácticamente ya no pide canciones. Principalmente, porque no les hago caso. No suelo complacer peticiones porque soy yo el que decide el recital. Y si me piden, me piden de las antiguas, y a mi no me hace ilusión tocarlas.

—Esto de «Las diez de últimas» es porque se retira. Dicen por ahí...

—Pues no es verdad. Estoy trabajando en nuevas canciones, pero soy de elaboración muy lenta. Hasta que no las tengo muy hechas, no me atrevo a decir que tengo una canción nueva.

—¿Qué les da a los fans que siempre repite en muchos sitios? Incluso en Madrid, en Navidades son célebres sus más de una semana seguida en el Central...

—Pues no lo sé. Serán mis canciones y la actuación. Como hago presentaciones y lo saben, se ve que les gusta. Eso y que llevo unos músicos buenísimos.

—¿Tiene guión para ese entre canción y canción que tanto le gusta al público?

—No. Cuando presento las canciones digo lo que se me ocurre. Lo que pasa es que hay cosas que funcionan y las repites.

—¿Qué prefiere: el público de siempre o el joven que se va sumando?

—El nuevo, porque con el de siempre el cariño lo tengo asegurado. Con el nuevo disfruto porque encuentro la novedad y la curiosidad con la que se acercan. Aunque la complicidad de los de siempre es muy importante.

—En estos tiempos que corren, ¿es divertido ser músico?

—Para mi es muy agradable. Eso sí, lo que aburre es probar sonido.

—¿Con qué espíritu llega a León? ¿Disfrutará de la ciudad?

—Llego desde Gijón. Naturalmente, intentaré disfrutar. De cada sitio me gusta la comida, la siesta y el trasnochar. Cada ciudad es diferente y tiene sus cosas buenas.

—¿No le cansa que a usted siempre le pregunten de política?

—No. Me preguntan y opino. Eso sí, no digo nada que no se diga en muchos sitios.

—¿Qué piensa de España ahora mismo?

—España es un país muy desagradable. A mi no me gusta nada cómo se gobierna este país desde que nací.

—O sea, que no tiene arreglo...

No lo sé, pero, al menos, hay que estar en contra. Nunca hemos tenido un buen gobierno. En la Transición había novedades agradables, porque iban mejorando las cosas. Pero poco más.

¿Y sus canciones no sirven para arreglar este país?

—Es que no sé ni para qué sirven las canciones en general. A mis canciones, de hecho, no les pido más que me sirvan para dar un concierto de hora y media.

—¿Hay algún artista actual que le interese?

—Cada cierto tiempo surge alguien. La última sorpresa me la llevé hace años con Albert Plá.

—¿Le apetece volver a León?

—Sí, porque me gusta repetir en los sitios en donde me ha ido bien. Implica una buena relación con el público, el que vuelve y el nuevo. Y así nos vamos conociendo.

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