PATRIMONIO LEONÉS
Santa María de Trianos deja la lista de espera para convertirse en BIC
El expediente de protección del monasterio se inició hace quince años.
Han sido quince años los que la Junta ha tardado en poner en marcha los trámites necesarios para sellar de manera definitiva el título de BIC para el monasterio de Santa María la Real de Trianos, en Villamol.
Fue en 1999 cuando el BOE publicaba el documento de la Dirección General de Patrimonio y Promoción Cultural de la Consejería de Educación y Cultura por el que se acordaba incoar expediente de declaración de bien de interés cultural como monumento a favor del monumento. Su estado es tan deplorable que Hispania Nostra le incluye en su Lista Roja del Patrimonio, una nómina que en León no deja de crecer.
Quince años y eso que, según se asegura en el Bocyl, «sus ruinas constituyen un singular y relevante ejemplo de conjunto monacal de gran valor histórico y documental que permite el conocimiento de distintos aspectos de la vida del cenobio y de su importante papel en la sociedad y economía en época medieval».
Las escasas referencias bibliográficas existentes sobre el monasterio desvelan un cenobio modesto, pero directamente colocado bajo el patrocinio de los Reyes de Castilla y de la Santa Sede. Aunque difíciles de precisar, los inicios del monasterio se encuadran a finales del siglo XII, durante el reinado de Alfonso VIII, siendo su fundador don Tello Pérez de Meneses. Su decadencia comenzó a producirse en la primera mitad del siglo XV. En 1519, se estableció en Trianos la primera comunidad de Dominicos, dedicados a la enseñanza de Humanidades, Filosofía y Teología, creándose cátedras que adquirieron cierto prestigio tanto en León, como fuera de la provincia. Su final se produce con la desamortización de 1835.
Según la descripción realizada a principios del siglo XX por Gómez Moreno, en el Catálogo Monumental de la provincia de León, la obra medieval se reduce exclusivamente a la cabecera de la iglesia, siendo el crucero y el resto de la iglesia obra del siglo XVI. En la actualidad, la única construcción parcialmente conservada del complejo monástico es la iglesia, a la que se adosan varias construcciones recientes, siguiendo el brazo sur del crucero y apoyándose en el costado meridional de la misma, que enmascaran la obra primitiva. Las bóvedas se encuentran hundidas, pero la cabecera conserva todavía alzados importantes. Las restantes edificaciones se encuentran prácticamente aruinadas. Existen restos de salas monásticas, que conservan decoración mural, alguna de las cuales pudiera identificarse como la Sala Capitular. A unos doscientos metros, al noroeste, del conjunto se conservan en buen estado los dos molinos del monasterio, levantados sobre la presa «del molino de Trianos», que desvía el agua del río Cea.
En la declaración se incluyen los bienes muebles procedentes del monasterio, como el sepulcro de piedra caliza fina, hoy en la iglesia de San Tirso de Sahagún, el retablo del monasterio, obra del siglo XVIII, el retablo mayor de Trianos, hoy en el Convento de las Madres Benedictinas, y el de la Capilla del Rosario, que en la actualidad se encuentra en la iglesia de San Lorenzo.