Un lugar que anima a dar el espectáculo

«Queremos ofrecer una alternativa a todas aquellas personas que, sin tener el objetivo de llegar a ser actores profesionales, sí desean experimentar a fondo lo que significa una experiencia teatral de calidad». Hay palabras que Mercedes Saiz repite y recalca, que pronuncia con más vehemencia cuando entra a explicar lo que es ‘Aula T’. Una es teatro, por supuesto; otra es calidad, que surge abundante en la conversación; otras son actores, entusiasmo, profesionalidad, trabajo, pasión, clásicos... y ante todo ilusión al comprobar que una iniciativa tan novedosa en la ciudad como es esta academia de teatro autogestionada ofrece a sus impulsores unos muy prometedores frutos.

Mercedes Saiz, titulada por aquella Escuela de Arte Dramático de León hoy tan echada de menos (la del inolvidable Kike, la de «profesores fantásticos como Ricardo Vicente o Margarita Rodríguez», evoca), formó parte de la prestigiosa compañía Teatro Corsario, con la que ganó un Premio Max por La barraca de Colón , y ha trabajado como actriz profesional para Miló, Cantárida y Quiquilimón, y actualmente dirige los montajes de los grupos Kikodín y Trejoviana, con los que ha obtenido varios galardones. Una enfermedad la apartó de los escenarios y fue entonces cuando decidió volcar su querencia por las tablas hacia la docencia en su ciudad natal. «Me lancé», resume. Junto a un puñado de colaboradores, «montamos esta escuela que es también un proyecto de investigación, dirigida hacia personas con inquietudes teatrales que quieren descubrir las muchas virtudes creativas, terapéuticas y sociales que encierra la práctica teatral».

‘Aula T de Teatro’ nació hace tres años en la calle doña Urraca, pero desde hace unos cuantos meses ocupa un local más amplio y céntrico en el número 8 de Daoiz y Velarde. Allí han ampliado grupos (hay para niños, jóvenes y adultos, y acaban de crear uno con niños pequeños de entre 3 y 5 años, dado que «en León hay muy pocas actividades dirigidas a esa franja de edad», constata esta directora, actriz y dramaturga); «empezamos con los adultos y cada vez tenemos más grupos y se acerca más gente interesada», explica. Y así, durante el curso trabajan obras accesibles —«pero de calidad»— y en junio han venido mostrando lo aprendido en una exhibición conjunta en El Albéitar.

En estos momentos, la academia cuenta con tres profesores fijos y entre seis y siete que colaboran de manera puntual. Chema López Nicolás (Concedeclown, Terrón Teatro), Lola Vera (Kikodín Teatro) y Javier Bermejo (premiado por su papel en la excelente Dos piezas cortas de Tennessee Williams ) son los más vinculados a un proyecto que funciona como asociación cultural y que ni recibe ni solicita subvención alguna de las instituciones.

Mercedes Saiz busca que el alumnado, actualmente cercano a la cincuentena, conozca ante todo lo más granado del género, y así, los textos de Molière, Chéjov, Sastre o Skakespeare son los que más circulan en unas clases que bullen también con cursos monográficos (los imparten profesionales en expresión corporal, clown, maquillaje...). «Al que le pica el veneno del teatro no se cura, por eso este arte nunca morirá», dictamina Saiz, quien observa cómo ese veneno va inoculándose poco a poco en niños y jóvenes «que ya van acudiendo al Auditorio, a El Albéitar, que buscan saber y leer más». «En León nunca hemos tenido un gran grupo que tire para arriba, pero ahora se están empezando a hacer cosas buenas y ya aparece gente muy interesante», asegura. Así pues, ¿quién dice que uno de los próximos mejores actores del país no vaya a dar sus primeros pasos en ‘Aula T’?