Diario de León

La última trinchera de Pascual

Los arqueólogos Víctor Bejega y Eduardo González ofrecen hoy una charla sobre los descubrimientos de las catas realizadas en la línea defensiva del frente norte .

Imagen del punto de observación del Cueto de Castiltejón, en el Frente Norte.

Imagen del punto de observación del Cueto de Castiltejón, en el Frente Norte.

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cristina fanjul | león
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Un nombre, Pascual, escrito a lápiz sobre la piedra de una galería excavada en la roca de un observatorio del Frente Norte. Al contrario de lo que ocurre con otros muchos de los nombres que aparecen en los reductos de los milicianos que dejaron su vida luchando en Puebla de Lillo, el trazo negro de Pascual es la única huella de alguien que, sin embargo, quiso dejar constancia de su existencia. Puede que la última ofensiva de las tropas nacionales acabaran con su vida, puede que le hicieran preso y muriera frente a un paredón o en una cuneta o desapareciera en un campo de concentración... y puede, también, que se salvara o que, al menos, alguien conserve su memoria, que es otra manera de sobrevivir.

Sobre su vida en el frente, se sabe que fue un miliciano, que la escasez le llevó a calzarse con zapatos remendados a base de neumáticos viejos y que tenía poca o ninguna manera de protegerse del frío. Puede ser que, incluso, muriera durante una de sus guardias, pertrechado por el cielo glacial. Su rancho era escaso y similar al de los soldados de la Gran Guerra, la primera: sustentos hervidos a base de huesos y poco más, y en sus momentos de ‘recreo’ se sumergía en el vino procedente de la industria Gijón Fabril. Mal comido, mal vestido... y con peor avituallamiento militar. Poco y antiguo, tanto que en ocasiones la munición no correspondía al armamento suministrado.

Estas y otras historias componen la charla Sobrevivir en la trinchera: arqueología del conflicto en el frente de San Isidro , que ofrecen esta tarde Víctor Bejega García y Eduardo González Gómez de Agüero en el Museo de León. Su investigación ha descubierto el trazado de la línea republicana y cuál era su disposición, entre los picos de Peña Lázara y el Pico de La Granda. Presentaba un conjunto de posiciones fortificadas con trincheras, parapetos y puestos de tirador, entre las que destacaban Peña Lázara, Las Fuentes, Minas de Talco, Pico Runción, Pico Niales y Pico La Granda. Las labores arqueológicas han desentrañado que todo el conjunto de posiciones ofrecía una línea de frente que se articulaba a través de un puesto de mando avanzado (en el lugar que en la actualidad ocupa el restaurante La Mina) y que allí mismo había dos polvorines, un centro de mando y un puesto de control de carretera. Desde este punto se organizaban las guardias y se controlaba el frente. Víctor Bejega destaca que los flancos del frente se encontraban defendidos por toda una serie de posiciones fortificadas, al oeste de Peña Lázara. «De esta manera, se configuraba una única línea de frente que se unía a la establecida en la Sierra de Valporquero y en el Puerto de Tarna», destaca.

Asimismo, han descubierto que el frente norte contaba con un segundo enclave defensivo y de control, representado principalmente por el Fortín de Alboleya, desde el cual se controlaba el valle del Silván hasta Puebla de Lillo, permitiendo visualizar la gran mayoría de posiciones del Frente. Los investigadores recalcan el hecho de que esta posición se encontraba muy próxima al pueblo de Isoba, en el que se encontraba el puesto de mando de la defensa de San Isidro, cuyo cuartel se encontraba en Moreda de Aller.

Hubo dos fases de fortificación. La primera de ellas, vinculada al inicio del conflicto, se basa en la construcción de elementos de carácter defensivo siguiendo los patrones básicos, pero empleando las técnicas constructivas del entorno (sistemas mineros de galería, construcción de piedra a hueso, hormigón de malas calidad con gravas...) Sin embargo, en un segundo momento, se moviliza a los hombres de entre 16 y 45 años para las tareas de fortificación, con lo que se crean batallones específicos comandados por ingenieros.

Lugar: Museo de León (Pallarés)

Hora: 20.00.

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