Hitler se quedó sin dientes

Adolf Hitler tenía una pésima dentadura. Él mismo lo confiesa en una tarjeta postal hasta ahora desconocida y matasellada el 21 de diciembre de 1916. El que llegara a ser uno de los mayores genocidas del siglo XX y führer del Tercer Reich, era entonces un simple cabo chusquero del ejército imperial alemán, convaleciente de una herida de guerra en un hospital de campaña en Múnich.

Una esquirla de granada le alcanzó en el muslo derecho cuando combatía en el frente en Francia durante la Primera Guerra Mundial. Hitler aprovechó al parecer esa baja para arreglarse la boca.

Manuscrita y con la firma de A. Hitler, la postal, que publica el rotativo Münchner Merkur, es auténtica, según certifica el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Augsburgo, Ludwig Eiber. La misiva, que lleva en su anverso una imagen del canal Landwehr de Berlín, va dirigida a su compañero de regimiento Karl Lanzhammer, que entonces se encontraba luchando en el frente en Francia con el Segundo Regimiento de Infantería de Baviera.

Hitler relata a su camarada que acaba de dejar atrás una dolorosa visita al dentista y asegura que le fueron extraídos 19 dientes y muelas.

«Puedes imaginarte el aspecto tan simpático que tenía. Ahora estoy mejor», escribe el entonces suboficial. Sin embargo, y tras estudiar las existentes radiografías bucales del dictador, se sabe que Hitler exageró ante su compañero. En la extracción masiva no pudieron quitarle más de 15 piezas.

Pese a todo, tuvo que tratarse de una intervención impresionante. La postal ofrece ahora, además, una explicación al hecho de que Hitler estuviese ausente del frente entre principios de octubre de 1916 y comienzos de marzo de 1917.