El collar de Aguirre
Opinión | rosa belmonte
El penúltimo contencioso de Belén Esteban, ese tipo de materia prima de la que se nutre Sálvame , es una deuda. Los 12.000 euros que le prestó a Raquel Bollo y que ahora reclama. Raquel Bollo también ha tenido otra vía argumental con un collar que no era el collar que ella decía que era. Aquello parecía lo de María Antonieta y el cardenal de Rohan. En cuanto a la deuda, Belén no había dicho ni mu (se fue de la boca un personaje nuevo, Aguasantas, la exnuera de Bollo). No lo había hecho pero el asunto ha salido a la luz. Y se ha liado a su pesar. Porque al programa le interesa, claro, y ella tiene que apechugar. «Quiero mis 12.000 euros», sentenció el lunes (es el nuevo «Show me the money» que Cuba Gooding Jr. le decía a Tom Cruise en ‘Jerry Maguire’). Pero se la ve reacia a tratar el asunto: «Y no voy a hablar más porque esto como siga así va a ser más sonado que la independencia de Cataluña». Muchas veces he escrito sobre los parecidos entre Belén Esteban y Esperanza Aguirre. Por ejemplo, sobre esa facilidad para llegar a la gente y, a la vez, sobre los odios que provocan. Dicen casi lo mismo
Lo de Aguirre: «Parece que en España no hay problemas más importantes que el que multen a una sexagenaria por aparcar en el carril bus. Es desproporcionado». Ahora no quiere hablar, como Belén. La presidenta del PP de Madrid ha declarado alguna vez que cuando se agote su vocación política se hará tertuliana de televisión para decir lo que piensa de verdad todo el tiempo. No consta que se le haya acabado esa vocación pero tampoco consta que no diga lo que piensa de verdad todo el tiempo. Otra cosa es que haya reculado. El asunto del collar es una estafa que tuvo lugar en 1785. La víctima fue el cardenal de Rohan y María Antonieta se vio implicada en un asunto con tanta relevancia pública que contribuyó a hundir su imagen. Se enemistó con la nobleza y perdió el apoyo del público. Me chifla la idea de relacionar a Raquel Bollo con Esperanza Aguirre (y a Esperanza con el asunto del collar). Pero no hay que sacar conclusiones todavía.