EL FUTURO DEL TEATRO EMPERADOR
Ocho años desde que cayó el telón
Promesas vanas y proyectos fallidos mantienen cerrado el Emperador, antaño principal escenario leonés
«Un prodigio de arte y fastuosidad, un compendio de música deliciosa, bellezas y buen humor». Con estas palabras anunciaban los folletos volanderos, el 22 de septiembre de 1951, Sueños de Viena , el espectáculo con el que quedaría inaugurado un nuevo y extraordinario teatro en la capital leonesa, un gran local con capacidad para 1.300 espectadores, formas modernas al exterior y clasicismo de lujo en su interior: a los primeros espectadores les asombró, sobre todo, sus nada menos que veinte palcos y la espectacular lámpara de araña formada por 35.000 piezas laboriosamente urdidas. Era el mejor cine-teatro de una ciudad donde el resto de exhibidores (el Avenida, el Alfageme, el Mary o el Azul) proyectaban películas como la castiza La leona de Castilla , con Amparo Rivelles, o la americana La vida es así , con Spencer Tracy y Hedy Lamarr.
Después fueron muchos los años en los que el Teatro Emperador —el nombre resultó de una votación ciudadana ganada por un homenaje a Alfonso VII, coronado con ese título en la Catedral— se convirtió en sinónimo de sueños proyectados, de evasión teatral o paladeo sonoro, de símbolo cultural y social, de entrañable memoria colectiva para varias generaciones de ciudadanos. Teatro, ópera, zarzuela, cine, conciertos y festivales de toda índole, reuniones profesionales... se sucedían sobre sus tablas semana tras semana. Bárbara Hendricks, Ainhoa Arteta, Serrat, Aute, Isabel Pantoja... pasaron por este escenario, y eso sin olvidar presencias leonesas tan destacadas como la del actor facundino Carmelo Gómez o los componentes del trío Café Quijano en sus multitudinarios conciertos. Pero la combinación de factores como el cambio en los consumos culturales, Internet, la apertura del más grande y vanguardista Auditorio Ciudad de León y otras causas añadidas provocó su cierre a pesar de unas masivas manifestaciones ciudadanas en defensa del querido teatro. En 2008, el Ministerio de Cultura del Gobierno de Rodríguez Zapatero anunció su compra para ser convertido en Centro Nacional de las Artes Escénicas y de las Músicas Históricas de España, dependiente del INAEM, y para su adecuación se llegó a comprometer siete millones de euros que jamás llegaron, como tampoco los 145 puestos de trabajo que conllevaría (el proyecto inicial contemplaba un consejo artístico, director, comités y hasta orquesta estable, coro y ballet); arribando sólo a León un ciclo anual de música histórica, de indudable calidad, pero que se ha venido desarrollando en el Auditorio. El pasado 10 de abril, el BOE anunciaba su venta pública por 3,7 millones de euros, cuando fue adquirido por 4,5. El tipo de protección del que goza hace que sólo pueda ser empleado para usos culturales, pero, ¿habrá comprador?