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Lo que pudo ser y no fue la TDT

Publicado por
León

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Crítica de televisión mikel labastida

Yo tampoco quiero que cierre ningún canal de TDT, porque la clausura de cualquier emisora representa una ventana menos para el espectador y la pérdida de unos cuantos puestos de trabajo. Y porque además es una solución chapucera a un problema que se encontró este Gobierno con la manida herencia recibida. También he de confesar que echaré entre poco y nada en falta algunas de estas cadenas.

No recuerdo por ejemplo la última ocasión en que puse La Siete, ese cajón de sastre de refritos y reposiciones de Telecinco, si es que alguna vez me detuve en ella más de tres minutos. Cuando he caído en La Nueve, nunca he tenido la suerte de ver nada que no fuese El comisario , como si el canal viviese en un constante día de la marmota. A la Sexta 3 estuve moderadamente enganchado, hasta que Atresmedia metió mano y decidió programar la publicidad en bloque en todas sus cadenas siguiendo la pauta de Antena 3, con lo que los cortes en las películas sorprenden en los momentos más inapropiados.

«Volvemos en seis minutos», dicen mientras dejan al protagonista con una frase a medio acabar.

La TDT tuvo la mala suerte de llegar a España con una compañera de viaje poco recomendable, la crisis, lo que ha impedido apostar lo suficiente por ella y ha condenado a estas emisoras a convertirse, en buena medida, en contenedores de descartes y repeticiones en bucle. Apenas ha servido de revulsivo para la industria audiovisual ni ha planteado contenidos muy diferentes a los que se emitían por las generalistas. Atresmedia lo intentó con Neox, al crear una tele juvenil y alternativa, pero se quedó a medio camino, porque la inversión necesaria era elevada. Mediaset acertó, casi de casualidad, con Divinity, al conseguir una imagen de marca potente y conectar con un tipo de espectador muy atractivo comercialmente. Poco más.

En general han faltado riesgo y horas de planificación de lo que exactamente se podía hacer. Para nueve de ellos ya no habrá marcha atrás. Se acabó. Salen perdiendo los espectadores, incluso los desencantados como yo.

No ha dado tiempo a prevenir, así que solo nos queda lamentar.