Diario de León

CULTURA

Unos ‘Decreta’ en cada casa

El escritor Diego Asensio y el artesano Antonio Suárez unen sus esfuerzos en una alegoría de las primeras Cortes, al estilo medieval, de la que han sacado 1188 copias

Suárez y Asensio, con su facsímil, que se inspira en los tumbos de Toxos Outos y Compostela, y en el Libro de las Estampas

Suárez y Asensio, con su facsímil, que se inspira en los tumbos de Toxos Outos y Compostela, y en el Libro de las Estampas

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E. GANCEDO | LEÓN
León

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«Pioneras en representatividad, protonautas del parlamentarismo, las Cortes de 1188 fueron el referente mundial en el que se prende el fuego de la libertad, antorcha que alumbra hoy a pueblos centenarios. Su legado torna a nosotros desde grandes decisiones por aquel rey tomadas y pactadas con todos sus buenos hombres, siendo algunas de ellas las contenidas en el presente decálogo».

Es parte del texto presente en un documento de gran belleza, una alegoría facsimilar, elaborada siguiendo técnicas similares a las usadas en época medieval, de los ‘Decreta’ o pergaminos que transmitieron el contenido de aquella curia regia reunida en San Isidoro y a la que, por vez primera, se dio entrada a los representantes de las villas y ciudades, al pueblo. Los padres de este objeto que aúna arte e historia son el joven escritor Diego Asensio, autor del libro El reino de los cuatro poderes , y el conocido artesano Antonio Suárez, propietario de El Escribano, todo un scriptorium legionense pero en el siglo XXI.

Aunque el documento exacto que recogió aquellas sesiones no ha pervivido, y son hoy conocidas por otras disposiciones y escritos colaterales, esta alegoría incorpora, como expresa Diego Asensio, el autor del texto, diez de las más importantes y vanguardistas disposiciones acordadas aquel día, y que, en concreto, son éstas:

«Si el delator no pudiera probar en la Curia la delación que presenta, sufra la pena que debería sufrir el delatado. Todo ciudadano tendrá obligación y derecho de resolver los conflictos por medio de justicias, quienes aplicarán el derecho con prontitud e imparcialidad en plazo de tres días. Nadie ocupará violentamente cosa alguna, mueble o inmueble, que estuviere en posesión de otro. Ni rey, ni jueces, ni otro alguno del reino podrá embargar como prenda el ganado, las tierras o útiles de trabajo. Nadie tomará prenda con violencia, y nunca sino por medio de los justicias o alcaldes nombrados por el rey. Ninguno en el reino podrá atentar contra la propiedad ajena, ni violará el domicilio y correspondencia de otro. Se protegerá a los débiles del reino contra los abusos de estamentos superiores o no. Por mandato real se crea la figura del procurador, quien representará a los ciudadanos elegidos por cada ciudad ante el rey, y del pesquisidor, quien investigará los hechos de las delaciones y probará la verdad ante el juez. El rey no hará guerra ni paz sin reunir a las Cortes, por cuyo consejo debe guiarse El rey respetará las costumbres y leyes establecidas por sus predecesores, obrando en adelante conforme a ellas...».

Es «un pedazo de la historia de León», como dice Antonio Suárez Gordón, de la que en principio se han sacado 1188 copias —el año de las primeras Cortes— en papel apergaminado (ya están a la venta por 35 euros, después de un año de trabajo), y 188, más exclusivas, en pergamino de cordero auténtico.

Suárez, ‘el escribano’, como le conoce todo el mundo, quien se ha encargado de dibujar pacientemente, al estilo de las miniaturas medievales y del célebre Calendario Agrícola Isidoriano, el rey entre nobles, clero y pueblo (más un escriba y un jurista), asegura que el leonés «ama su tierra y demanda este tipo de artículos. Yo llevo comprobándolo desde que hace diez años abrí esta tienda».

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