PATRIMONIO LEONÉS
La última catedral industrial de León
La demolición de Alfageme acaba con uno de los edificios más singulares de la arquitectura fabril
Se han dado prisa. En dos meses, la harinera Alfageme se ha demolido dejando tras de sí un rastro de polvo y escombros y poniendo fin con ello a siglos de cultura artesanal e industrial. Y eso, a pesar de que el inmueble era uno de los ejemplos más valiosos de la arquitectura industrial de la provincia. Según destaca el historiador Javier Revilla, el lugar que ocupaba la construcción estaba en un lugar en el que la Presa del Bernesga llevaba moviendo con sus aguas un molino desde la Edad Media. El molino se convirtió en 1845 en fábrica de harinas gracias a la inversión de dos socios capitalistas: el catalán Jover y el asturiano Salcedo. Con posterioridad, la familia Alfageme la adquierió a finales del siglo XIX y la transformó hasta configurar un edificio principal de siete plantas y varios anejos tras el cambio de centuria. La chimenea refleja que, además de con el agua de la presa, la fábrica pasó a moverse gracias a una máquina de vapor que quemaba el carbón recibido por medio del apeadero propio que comunicaba el complejo industrial con las cercanas vías del ferrocarril.
Revilla Casado recuerda que el edificio fue incluido en el Inventario de Patrimonio Industrial de la Junta de Castilla y León, si bien esta catalogación no obliga a protegerlo. El historiador añade que el inmueble derruido se calificó entre los «bienes destacados» del citado inventario. Sin embargo, el Ayuntamiento de León dio luz verde a la demolición con la excusa de que no se encontraba en el catálogo de bienes protegidos en el Plan General de Ordenación Urbana que fue aprobado en 2004.
De la ruina tan sólo se han salvado los muros, atavías y compuertas del conjunto hidráulico y los arcos del molino primitivo. Asimismo, una cigüeña se ha convertido en la defensora de la chimenea de 25 metros de altura construida en 1904. La vigía de la harinera permanecerá en pies hasta que finalice el periodo de cría, prevista para el mes de agosto.
Amigos del Ferrocarril pedía este mismo mes al Ayuntamiento que se respetara el único ejemplo de cargadero ferroviario que quedaba en la provincia. «Simplemente demandamos que se tapie la instalación y se preserve porque es el único que hay en León», destacaba Emilio Suárez, vicepresidente de la citada asociación.
El ramal, de unos 200 metros, data de 1904 y fue absorbido por León apoyado sobre la línea Palencia-La Coruña. Fue un 10 de agosto cuando se aprobó conceder a la industria la posibilidad de construir un apartadero. Se hizo en el punto kilométrico 124,762 y entraría en funcionamiento el 20 de febrero de 1905. La instalación fabril se asentó sobre el cauce de la presa del río Bernesga para accionar mediante la fuerza hidráulica su sistema de molino Buhler.