Envases con toques ‘pin up’
La pintora cántabra Ana Torralba presenta en la Fundación Vela Zanetti sus divertidas ‘Rutinas envasadas’, una vuelta de tuerca que mezcla surrealismo y pop.
Ana Torralba Loyo sorprende gratamente a los visitantes de la Fundación Vela Zanetti con una exposición fresca, joven y colorista. En ella trata de recoger la iconografía de los envases alimentarios, que se han convertido en una auténtica obsesión, por lo menos en el universo occidental. Con ellos, o por mejor decir con sus imágenes, Ana Torralba realiza un delicioso ejercicio de surrealismo pop, que también podríamos denominar como surrealismo alimentario.
Esta joven artista ha estudiado Bellas Artes en Madrid, ha realizado innumerables exposición colectivas en diversas capitales europeas, y algunas individuales en espacios alternativos, como la que presentó el pasado verano en el Bar Morán, de la Pícara Justina. «Esta es —explica— mi primera aparición en público importante. He querido dar un protagonismo especial a los envases, mezclándolos con rutinas cotidianas cercanas a nuestro día a día».
Trazabilidad
Ana Torralba tiene sus propios argumentos para las obras de la exposición. «Actualmente —comenta— se relaciona el origen del producto con el envoltorio en el que se presenta, pero debemos recordar que la leche no proviene de un brick sino de una vaca, los atunes no se pescan en las latas, incluso nadan... ¿Y cómo podemos introducir el material que usamos y desechamos, los envases, en nuestra vida cotidiana, cómo hacer de un mundo al que nadie presta atención en objeto de arte o útil? Yo pienso que creando un mercado de rutinas, los envoltorios que abastecen la cesta de la compra se integran en nuestra vida partiendo de imágenes metafóricas que relacionan los dos mundos. Todo ello conlleva una declaración implícita de respeto, de pertenecer colectivamente a un supermercado cultural mundial». Hay que manifestar que la joven artista dibuja y pinta con enorme soltura, empleando sabiamente una amplia gama de colores fuertes, perfectamente integrados en el tema que trata en sus cuadros. Las pinturas acrílicas son la base de su trabajo, aunque también emplea con toda libertad el collage puro y duro.
En la exposición se incluyen dos pequeñas instalaciones, una de ellas, situada en el mismo centro de la sala, simboliza la adoración que acabaremos por sentir hacia esos cientos de envases que nos rodean.
La artista ha creado una pequeña montaña de latas y envases de todas las clases que luego ha policromado de un sugerente tono dorado, haciendo de lo destinado a la basura un brillante ídolo al que sin duda algunos llegarán a adorar. La otra es una divertida composición con diversas latas que, simplemente, añade colorido a uno de los rincones de la sala.. Como decíamos, estas Rutinas envasadas, traen un aire fresco y divertido a la oferta artística de la ciudad. Una muestra de cómo, atendiendo a todos los rigores académicos, se pueden conseguir obras llenas de humor, de colorido y de incontrolable diversión.