Lo mejor de ‘Aída’

Crítica de televisión mikel labastida

Entre las cosas que hay que agradecer a Siete vidas , aquella serie en la que aparecía Toni Cantó (sí, conviene recordarlo), está el descubrimiento de Carmen Machi. La que entonces interpretaba a la asistenta de Paco y Sole no era una recién llegada, pero no gozaba ni de lejos de la fama que lograría después. Aterrizó en la segunda temporada y, desde su primer capítulo, en que apareció compartiendo plano con Amparo Baró y Javier Cámara (nada menos), pedía una serie propia a gritos.

En Estados Unidos lo de sacar a un personaje y crearle una serie a su medida se hace a menudo, con buen tino (como en el caso de Frasier de Cheers ) o sin él (como cuando Joey siguió su andadura sin Friends o la doctora Montgomery se independizó de Anatomía de Grey ). En España la primera vez fue con Aída y posiblemente haya sido una de las decisiones más acertadas que ha tomado Telecinco en su historia.

Machi es una actriz brutal y destaca hasta en los papeles más insignificantes. En Hable con ella de Almodóvar apenas intervenía diez minutos como enfermera del hospital en que estaba ingresada Leonor Watling y, sin embargo, cada escena suya merecía un aplauso.

En Los abrazos rotos ocurría lo mismo, tanto que hasta el director manchego improvisó un corto ( La concejala antropófaga ) con un monólogo desechado de su personaje. El potencial de Machi se podía haber explotado aún mejor en Aída , porque el problema es que llegó un momento en que, en lugar de evolucionar, solamente se repetía y encadenaba los mismos chistes (ya sin gracia)

Y por eso terminó abandonando la ficción. Ahí están los casos de Cheers y Friends , que aguantaron once y diez años en estado de gracia. Pero no es momento de sacar pegas. Aída completa hoy su ciclo y debemos alabar sus aciertos. Fue el primer spin off nacional, otorgó notoriedad a la Machi, intentó (y a veces consiguió) ser gamberra, consolidó la carrera de Paco León y rescató la de Mariano Peña y creó personajes gloriosos como la choni Lore y el mariquita Fidel. Grandes ambos.

No es poco. A la próxima se podrá ir más allá aún. Pero las que vengan le deberán dar las gracias a Aída .