Palomo Linares, a todas luces
El torero presenta sus cuadros en la galería leonesa Sharon Art.
El torero posa junto a uno de sus cuadros expuestos en la galería leonesa.
Su merecida fama como enorme figura del torero y su gran popularidad en las coloristas revistas del corazón, han hecho que Palomo Linares, como pintor, como espléndido pintor, sea poco conocido, que esta haya sido una faceta que ha pasado casi desapercibida. Hace dos años visitó por primera vez León con sus cuadros, fue en una etapa complicada de su vida personal y quizá aquellas tormentas sentimentales se reflejaban en sus obras. Ahora todo ha cambiado para Palomo Linares, vive en un momento feliz, ha llegado a León acompañado de su pareja, la jueza Concha Azuara, y eso se refleja en sus obras. «Veo que mi vida —dice— que todo lo que me rodea está lleno de luz. Y esos brillantes colores que percibo son los que ahora aparecen en mis cuadros».
En la colección que presenta en la galería leonesa Sharon Art, titulada A todas luces, el artista muestra cómo el paisaje quiere abrirse camino dentro de su ya característica abstracción. El diestro Palomo Linares está recorriendo el camino de forma diferente a la de la mayoría de los artistas, que van de la naturaleza a la abstracción. El ex torero transita del informalismo absoluto hacia formas mucho más orgánicas, en algunos de sus cuadros parecen querer aparecer océanos embravecidos, brillantes bosques, o mágicos fantasmas polícromos.
Si en su primera exposición en León nos pareció un artista interesante, ahora podemos asegurarles que Palomo Linares camina con paso seguro hacia el éxito dentro de la plástica. Que le ha llegado el momento de hacer el paseíllo en este otro mundo tan alejado del pasodoble, los clarines y los trajes de luces y en el que lleva ya nada más y nada menos que 46 años.
Palomo Linares tiene muy claro lo que hace, muy lejos ya de las plazas de toros, «Para los toros —explica— son necesarios la juventud, la fuerza, la decisión y el valor. En cambio para la pintura es precisa la reflexión, la tranquilidad y ese silencio del que surgen las ideas. De cualquier manera a lo largo del tiempo lo uno ha convivido con lo otro».
Palomo Linares tiene preferencia por los grandes formatos donde puede poner de relieve toda la gestualidad de sus pinceladas. Pero él tiene una razón muy especial para preferirlos. «Al enfrentarse a un lienzo de grandes proporciones el artista siente miedo, un miedo parecido al que produce un inmenso toro cinqueño al salir como un centauro de chiqueros. Por eso creo que en estos cuadros es donde el artista realmente se desnuda ante el espectador, se vuelca con más intensidad, se la juega ante el peligro».
La luz y el color de los sentimientos son los protagonistas de la obra de Palomo Linares. En sus cuadros el artista quiere exponer al público lo más profundo de su personalidad. «Creo que la pintura emana directamente del instinto de las personas. Es una comunión entre el artista que la ejecuta y el espectador que va a verla. Creo que es una transmisión muy directa de sentimientos que parte del color. Yo pretendo que en mi pintura haya mucha paz y mucha luz. Pienso que todo artista tiene la obligación de reflejar en sus trabajos su espíritu, su alma, de mostrar sin tapujos todo lo que siente en el momento de ejecutarla».