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La historia que nunca se cuenta

El profesor leonés Carlos Javier Taranilla publica la ‘Breve historia del Arte’, un libro para conocer lo anecdótico y oculto desde la Venus de la Fertilidad a Le Corbusier.

El profesor de Historia del Arte y escritor leonés Carlos Javier Taranilla de la Varga.

León

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La Catedral de León está llena de números mágicos, pero los historiadores los pasan por alto. Carlos Javier Taranilla, no. Profesor de Historia del Arte desde hace 25 años, sabe que la asignatura se atraganta si no se sazona, por ejemplo, con el salero de Cristo, una reliquia que el caballero Don Suero portaba siempre y cuya pista se pierde con la llegada de las tropas napoleónicas. Es más fácil recordar que Goya cuando lo exhumaron no tenía cabeza que el título de algunas de las obras del genial pintor aragonés. Taranilla acaba de publicar Breve Historia del Arte (editorial Nowtilus), con prólogo de Juan Eslava Galán, con el que pretende explicar de forma amena el arte universal, desde la Venus de la Fertilidad a Le Corbusier, más de 20.000 años en 400 páginas.

El profesor y escritor leonés, que ha incluido en el libro también el arte precolombino y el de países como China y Japón, que habitualmente se excluyen de los manuales, acompaña la información rigurosa con «mitos, leyendas o datos médicos, ya que artistas como Leonardo da Vinci, eran muy aficionados a estudiar el cuerpo humano y a diseccionar cadáveres», explica. Desde esta óptica, se entiende mejor que Rafael pintara a un epiléptico o que el conocido personaje patizambo de Ribera sufría afasia —lesión cerebral que afecta al habla—. Taranilla, profesor en el colegio Filial Virgen Blanca, afirma que hoy «cuenta más el artista que la obra. Decía Picasso que llegaría el día en que cobraría sin pintar; y acertó».

El historiador leonés explica que el número áulico, conocido también como la divina proporción, utilizado en la construcción del Partenón y empleado por los pintores Da Vinci y Dalí o el arquitecto Le Corbusier, es una medida que se sigue usando en las tarjetas de crédito y el DNI.

Taranilla relata en el libro que la identidad de la Gioconda no admite discusión. «En 1500 el artista pintó su obra emblemática, que, a pesar de las especulaciones que ha desatado sobre la identidad de la modelo, era la esposa del señor Giocondo. Monna es la abreviatura de Madonna (mi señora), es decir, que Mona Lisa era Lisa del Giocondo».

«La otra virtud de Carlos Taranilla, además del estilo, es no haberse contentado con lo que todo el mundo sabe o dice, sino que, remontándose a las fuentes, bebe en ellas y pone a menudo las cosas en su sitio con datos desconocidos o deficientemente interpretados», afirma el conocido escritor Juan Eslava Galán, autor del prólogo de Breve Historia del Arte, un texto en el que Taranilla ‘ha colado’ los grandes monumentos leoneses, desde la Catedral de León a la de Astorga, San Isidoro o San Marcos.

El historiador ya trabaja en su próximo libro, para el que aún no tiene editor, y en el que pretende ahondar en la numerología de la Catedral de León. «Los constructores del templo eran analfabetos, por eso intentaron dejarnos sus mensajes en símbolos y números», sostiene.

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