Los seis indultados de la Lista Roja
En los últimos doce meses, Hispania Nostra ha ‘rehabilitado’ al castillo de Sarracín y los canales romanos de la Cabrera. Algunos de los que salen de la nómina, como la iglesia de San Antonio Abad, están en ruinas.
Quedan 18 en la lista de la vergüenza. Durante los últimos años, seis bienes del patrimonio histórico de la provincia han salido de la Lista Roja de Hispania Nostra, dos en estos doce meses. Se trata de los canales romanos de La Cabrera, la iglesia de San Lorenzo, la ermita de San Antonio Abad, el castillo-palacio de los Quiñones, el castillo de Sarracín y el palacio del Conde-Luna. La última en salir ha sido la fortaleza de Sarracín, después de que la Junta se involucrara en el plan de rescate gracias al plan Uno por uno, que involucra a la iniciativa privada en la conservación del patrimonio y por el que la administración autonómica invertirá, de momento, 60.000 euros.
Sin embargo, no sólo el dinero consigue librar de este pasillo de condenados a los monumentos. La labor de asociaciones ciudadanas también es responsable de que algunos de los restos de la historia obtengan el salvaconducto. Entre ellos, los canales romanos de La Cabrera, que se han librado de la ‘letra escarlata’ gracias a la labor de Promonumenta, artífice de la limpieza de esta red hidráulica que hoy puede caminarse a lo largo de 45 kilómetros.
Uno de los que peor parados resultó fue la iglesia de San Antonio Abad, en Villalquite. En estos momentos, se encuentra en ruina total, pero ha salido de la lista roja después de que se realizara una «lamentable restauración de la espadaña». La ermita empezó a desgradarse hasta su hundimiento hace unos veinte años.
Uno de los mejores ejemplos del estado lamentable en que se encuentran los castillos de la provincia es el de Jiménez de Jamuz. El conocido como palacio de Los Quiñones fue construido en el siglo XV por Diego Fernández y conserva su torre y cubos circulares, su entrada de arco apuntado de sillería y el escudo de armas de los Quiñones.
Uno de los pocos que se ha salvado gracias a la inversión pública fue el palacio del Conde Luna. La obra de rehabilitación finalizó en el 2008 después de una inversión de más de cuatro millones de euros que permitió, además, descubrir la historia arqueológica del edificio.