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León

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Crítica de televisión rosa belmonte

A río revuelto, ganancia de ‘ El intermedio’. El programa de Wyoming ha acabado la semana en todo lo alto y con ventaja sobre ‘El hormiguero’ , de Antena 3. Pero no parece eso lo más importante. ‘El intermedio’ , que no deja de ser un informativo (satírico, pero informativo), supera cada día al Telediario. Al de TVE, claro, el único que se llama así. El que fue indiscutible hace tanto tiempo. Hasta que llegó Piqueras. El caso es que hay más gente que prefiere que le informe Wyoming que TVE.

Tomemos el jueves de ejemplo. Si el TD2 tuvo una cuota de pantalla del 11,9% y 2.076.000 espectadores, el espacio de La Sexta tuvo 14,3 de cuota y 2.691.000 espectadores. El mismo jueves, en RTVE tuvo lugar una huelga, con paros de doce a dos y de seis a ocho. Mariló, cuando llegó la hora, se despidió como Cenicienta. «Van a ser las doce y nos tenemos que despedir porque la programación se está viendo alterada por los paros». Y pusieron Españoles en el mundo .

Los sindicatos hablan de que no están dispuestos a dejar la televisión pública en manos de quienes solo quieren manipularla. Los paros han coincidido con los nuevos nombramientos, especialmente el de José Antonio Álvarez Gundín como jefe de Informativos.

El cambio de Somoano a Gundín ha puesto todavía más en pie de guerra a la plantilla. Hace poco, UGT consiguió que Juan Ramón Rallo, economista liberal, no volviera a participar en La mañana de La 1 . Otra cosa no parece que consigan.

Al criticado Somoano lo ha sustituido otro que consideran peor. Y esa da la impresión de ser la situación de RTVE (de TVE), la de ir siempre a peor. Con Águila roja e Isabel como bastiones en la ficción. Con Mariló Montero como la única persona que consigue que la cadena pública no sea irrelevante (otra cosa son los métodos con los que lo consigue).

Que la paguemos acaba siendo lo de menos. Sentimentalmente, al menos para los más mayores, TVE es nuestra. Puede que la patria del hombre sea la infancia. Pero Rilke no veía La casa de la pradera . La patria también es la televisión. Y se la están cargando.

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