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OPINIÓN/ MINORÍAS ABSOLUTAS

Edén perdido, poeta encontrado

Publicado por
RAFAEL SARAVIA
León

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Apareciste bajo la luz total,/ sesgado en el agudo amanecer,/ forma sin más sosiego/ que la agonía». Estos versos de su último libro titulado Edén perdido y otros síntomas (Éolas ediciones, 2014) dan fe de la manera en que apareció en mi vida Gaspar Moisés Gómez, bajo la luz total. Fue una aparición sin agonía y con una altura extraordinaria.

Hay lugares donde la altitud no genera mal. Al contrario, esa altitud ofrece bendición a la persona que la disfruta y le otorga otra manera mejor de entender la vida.

La altitud de los versos de Gaspar Moisés Gómez está contrastada. Su manera de entender la vida siempre ha estado ligada a una cadencia lírica sin precedentes. Ha sido un hombre de torrente y torrencial, con una juventud -siempre dije que la literatura de Gaspar es joven poesía- que descoloca al mismísimo tiempo y que lo mantiene como rara avis dentro de la poesía joven española pese a haber nacido en el año 1927.

Porque sin duda la obra de Gaspar, este poeta de Serranillo (Ávila) que eligió León como lugar de constancia vital y poética ya hace muchos años, es una obra vertebral y vertebrada en la pasión. Es verdad que su obra ha podido girar en muchos temas y pálpitos, pero la pasión ejerce una virtud especial en este gran poeta.

Pasión que se ha visibilizado en muchos planos. En esos evidentes ligados a un erotismo exquisito, como lo ha hecho en tantos libros y cuyo máximo exponente lo tiene en Cuerpos en desvarío, por el que recibió el Premio Cálamo de Poesía Erótica a los 86 años de edad; o esa otra pasión que desarrolla un aspecto más profundo y reflexivo, ligado más a una mística vital y existencial, que desarrolla de manera maravillosa en este libro que presentará hoy en la Biblioteca Pública de León.

Este libro al que me refiero, Edén perdido y otros síntomas -publicado por Éolas ediciones, esta gran editorial leonesa que está apadrinando los textos de los grandes escritores de nuestra tierra en los últimos años-, es sin duda una nueva muestra de este enorme poeta, Gaspar Moisés Gómez.

Un hombre que por la calidad de su obra, perfectamente debería haber sido galardonado hace tiempo con el Premio Nacional de Poesía, pero que por su labor ajena a los círculos de poder, no se ha manchado con la trama necesaria en el corredor de los logros.

Sea este un llamamiento para que, a quien proceda, tome nota y subsane si aún puede este vacío. El único que pierde en este caso es el galardón, pues la grandeza del poeta está más que corroborada.

Me despido invitándoles a que, a modo de homenaje merecido, acudan a la presentación de esta joyita nueva de Gaspar Moisés. Un libro delicioso y una persona entrañable y honorable confirman la valía de acudir a dicho acto.

León sigue contando con grandísimos poetas. Este es un inmejorable ejemplo. Sean sus versos: «Y después de tantos/ actos brillantes, gestos al límite/ del héroe, en su nada se cierra/ lo que somos».