‘Casa de muñecas’, la obra que inauguró el teatro moderno, llega a El Albéitar

«Nuestra sociedad es masculina y hasta que no entre en ella la mujer no será humana». Lo decía el dramaturgo noruego Henrik Ibsen, uno de los padres del teatro realista, clave para entender este lenguaje tal y como hoy lo conocemos. Y hoy en el Teatro del Ateneo Cultural Universitario El Albéitar llega la que probablemente sea su obra más representativa (y representada), Casa de muñecas, a cargo de la solvente compañía asturiana Teatro del Norte.

«Existen dos códigos de moral, dos conciencias diferentes, una del hombre y otra de la mujer. Y a la mujer se la juzga según el código de los hombres. Una mujer no puede ser auténticamente ella en la sociedad actual». Estas reflexiones de Ibsen (1828-1906) le convirtieron en todo un abanderado del feminismo, y el estreno de Casa de muñecas en la Europa de la época estuvo colmado de polémica: algunos sectores opinaron entonces que se trataba de un auténtico ataque a los fundamentos de la familia. Nora, su protagonista, asfixiada por el ambiente familiar y por el hecho de que su marido la considere un objeto de su propiedad, decide tomar las riendas de su existencia y decidir su propio proyecto vital.

«He sido la muñeca de tu casa, como fui la muñeca en casa de mi padre —dice Nora en un momento de la obra—. Te casaste conmigo, me trajiste a tu casa y pasé, sin darme cuenta, de las manos de mi padre a las tuyas. Y aquí era lo mismo: todo se arreglaba según tu gusto. Yo estaba siempre de acuerdo contigo, o lo fingía He vivido para divertirte cuando necesitabas distracción, y he callado cuando venias cansado, para no molestarte. Eso es todo lo que se hacer estar alegre o callar. Nunca he sido feliz aquí. A veces creía serlo, pero ahora comprendo que me engañaba. Nunca he sido feliz aquí… nunca… Ya ves lo que ha sido nuestro matrimonio, nuestro hogar: una casa de muñecas. Tú y mi padre habéis cometido un gran error conmigo; sois culpables de que no llegara a ser alguien».

El director de la representación de hoy, el veterano y muy galardonado Etelvino Vázquez (premio Max, premio Asturias de Teatro, etc.) recuerda que Casa de muñecas se estrenó el 21 de diciembre de 1879 en el Teatro Real de Copenhague y que con esta obra «podemos decir que comienza el teatro moderno. Nora, como la gran mayoría de los personajes de Ibsen, no se conforma con vivir una vida cotidiana con sus alegrías y sus contratiempos. Necesita una misión que realizar, un proyecto que se encuentra por encima de sus fuerzas, pero un proyecto que le permite imponerse a los otros, que le permite no cumplir las normas de la moral, que le permite ser, finalmente, ella misma y poder desenmascarar así la mentira en que se ha vuelto su vida».

«No es un juguete»

«Nora es una muchacha educada para llevar una venda en los ojos y que sirve de juguete a su padre y a su marido. Cuando se le cae la venda, porque ama y lo arriesga todo para salvar ese amor, la imagen que tiene de sí misma da un vuelco fenomenal —continúa— y aparece, la gran innovación que establece Ibsen para fundar el teatro modero, la acción interior. Nora, al descubrir su mentira vital, al descubrir su verdadero yo frente a lo que simula ser, se convierte entonces en una persona decidida y capaz de luchar para demostrar que las mujeres pueden ser libres e iguales a los hombres, incluso superiores; para demostrar que hay que luchar para romper las mentiras, para defender las ideas, aunque la mayoría de las veces, por desgracia, nos sintamos solos, incomprendidos y al final derrotados, pero orgullosos de haber intentado ese viaje para conseguir llegar a demostrar que somos alguien».

Los intérpretes de la sesión de hoy son Cristina Lorenzo, David González, y Etelvino Vázquez mientras que en el apartado musical la dramaturgia se enriquece con piezas de Grieg, Shostakovich, Khachaturian y Arvo Pärt. Recordemos que Vázquez fue uno de los más destacados impulsores del teatro independiente español, formando parte de compañías míticas como Caterva, Margen o el propio Teatro del Norte, que funda y dirige desde 1985. También fue profesor de interpretación en el Instituto del Teatro de Asturias y además de ejercer como director de escena en las compañías que creó, dirige a grupos como Suripanta de Extremadura o Atalaya de Sevilla.

Lugar: Teatro El Albéitar.

Hora: 21.00

Entradas: 8 euros, 4 para universitarios.