Spirou, el botones más famoso del cómic europeo, regresa a España
Llega hoy la primera de tres colecciones sobre el personaje que incluyen aventuras inéditas.
El botones pelirrojo Spirou, una de las estrellas del cómic europeo y gran competidor de los mismísimos Tintín o Astérix y Obélix, llegar hoy a España de la mano de la editorial Dibbuks y las tres colecciones que ha preparado para conocer a fondo su particular universo.
La serie, protagonizada por uno de los personajes de cómic más reconocidos en Europa y con más de 75 años de historia, arranca con El botones de verde caqui , obra de Schwartz y Yann, dos autores que firman el número uno de la colección que Dibbuks ha llamado Una aventura de Spirou por... Se trata de un «material inédito», como destacó Ricardo Esteban, director de Dibbuks, que llega a España con el mismo tamaño de la edición francesa (Dupuis), y «a todo color». Tras la publicación de este número, en el mes de mayo llegará también el primer volumen de otra de las colecciones que dedicarán a este botones creado por el dibujante francés Rob-Vel, su inseparable ardilla Spip y su compañero Fantasio.
El primero en llegar será el firmado por los autores Nic y Cauvin y que abarca viñetas publicadas entre 1980 y 1983, y en noviembre aterrizará en nuestro país el que recoge las viñetas realizadas por Tome y Janry. Pero sin duda uno de los momentos más esperados será el que se viva en septiembre con el lanzamiento del volumen 51 de esta serie que, hasta 2014, lleva publicados en Francia 55 números. Y es que, en España, las aventuras de Spirou fueron publicadas por ediciones Grijalbo/Junior hasta el tomo 46 y fueron continuadas por Planeta De Agostini hasta el tomo 50, por lo que el número 51 es un inédito en nuestro país.
Spirou nació el 21 de abril de 1938 en la revista infantil del mismo nombre lanzada por el editor valón Jean Dupuis, quien encomendó a Rob-Vel la tarea de llevar a las viñetas a este personaje travieso, pícaro y aventurero, características de un joven revoltoso que en el sur de Bélgica suelen llamar un ‘spirou’ (‘ardilla’ en dialecto valón).