Colin Firth protagoniza una versión irreverente de James Bond
El actor británico Colin Firth.
Descartada la posibilidad de ser el próximo James Bond, el actor británico Colin Firth se ha lanzado a los brazos de Matthew Vaughn (Kick-Ass , X-Men: primera generación ) en la película Kingsman , un homenaje a las viejas películas británicas de espías, en clave cómica y salvaje, que ayer presentó en Madrid. «Las películas de Bond, o de superhéroes, o los dramas espaciales de la década de los 60 y 70 eran mucho más extravagantes y más kitsch que las que se hacen ahora», ha explicado el actor a Efe. «Eso es lo que nos ha dado la oportunidad de hacer esta película y de regresar a lo auténtico», ha precisado sobre Kingsman: Servicio Secreto , que se estrena en España el día 27. Aunque hasta ahora se ha dejado ver principalmente en papeles dramáticos, como El topo (2011) o El discurso del rey (2010), con la que se llevó el Oscar, a sus 54 años Firth se ha reinventado con un papel en el que reparte puñetazos y desprende una caballerosa elegancia en la misma medida. Paraguas que disparan balas, mecheros que son granadas o cuchillas en los zapatos, Vaughn no renuncia a ninguno de los artilugios del espía clásico británico, y por supuesto tampoco al villano, en este caso un Samuel L. Jackson en estado de gracia.