Los sablazos de Don Pelayo

A Don Pelayo no sólo se le va la mano, sino también la espada. La estatua que corona el Arco de la Cárcel no deja de dar sablazos. Es la tercera vez en dos años que el rey que abanderó la Reconquista se queda manco y desarmado, con el consiguiente gasto, al tiempo que pone en entredicho cómo trabaja el Ayuntamiento. La Comisión Territorial de Patrimonio Cultural acordaba ayer reponer, a petición de la Concejalía Patrimonio, los elementos que ha perdido la escultura. En marzo de 2013, un vendabal dejaba indefenso a Don Pelayo. Vientos superiores a 80 kilómetros por hora le arrancaron de cuajo el arma de aluminio, fraguada en este material por ser más ligero que la piedra y por no correr riesgo de oxidación. En agosto de aquel mismo año, Don Pelayo volvía a la batalla, después de que las brigadas municipales le colocaran un nuevo sable, en esta ocasión tallado en piedra caliza de Boñar, realizada por el escultor Valentín Yugueros, autor también de la estatua del monarca colocada en abril de 2007, con la que se sustituyó la talla original. Desde 1759 el primer rey asturiano ha sido el ‘guardián’ de una de las cuatro puertas principales de la muralla romana. La escultura primitiva tuvo que ser retirada en 1997, debido a su precario estado de conservación y ante el peligro de que se desplomara en uno de los enclaves más transitados de la ciudad, nexo entre los barrios de San Mamés y el casco histórico.

Nuevamente el pasado verano el héroe de la Reconquista se quedaba inerme. La espada se había hecho añicos y fue necesaria la intervención de los bomberos para retirar los restos.

San Justo de la Vega

Además del ‘caso Don Pelayo’, la Comisión de Patrimonio también analizó el Plan Especial de Protección del Camino de Santiago a su paso por San Justo de la Vega. La nueva documentación aportada por el Ayuntamiento de la localidad recoge ya el trazado de la vía romana por el término municipal y en aquellas zonas afectadas por el Plan Especial.