El destino de los Principia, el cuartel general de la Legio VII, se falla en marzo tras 10 años de espera y abandono

Han pasado casi doce años desde que las obras de construcción de un edificio de viviendas en un solar de la calle San Pelayo sacaban a la luz la estructura de los Principia, el cuartel general de la Legio VII en León. Los trabajos de construcción se paralizaron y, tras un cúmulo de errores e insensateces, el futuro de los vestigios acabó en el palacio de Justicia, concretamente en el Contencioso Administrativo número 1. Ahora, diez años después, el juez Luis Alberto Gómez García anuncia que la sentencia que resolverá la solución se dictará en menos de quince días. El juez explica que la única razón del tiempo transcurrido se debe a que el suyo es uno de los juzgados más atascados, con alrededor de 1.200 asuntos al año. Luis Alberto Gómez explica que se trata de un caso complicado y complejo que engloba varios procedimientos y que todos ellos se resolverán a la vez.

Sin embargo, y a pesar del tiempo transcurrido, la sentencia podrá ser recurrida, en esta ocasión al Tribunal Superior de Justicia, con lo que puede decirse que los Principia continuarán en el limbo.

Los vestigios de los Principia hallados en el solar de San Pelayo han sido considerados como unos restos únicos en España por varias razones. Entre ellas hay que destacar el hecho de que la zona sería, casi con total seguridad, el sacrarium o aedes. Además, en esta parcela se han detectado estructuras pertenecientes a los dos campamentos anteriores establecidos en León por parte de la Legio VI Victrix que, muy probablemente, corresponden también a los cuarteles generales de dichos acantonamientos militares. Además, son muchos los arqueólogos que defienden que los restos se encuentran entre las estructuras romanas más cuidadas y de mejor calidad que se han documentado en León. Y es que no se puede obviar el hecho de que el campamento de la Legio VII Gémina es el único asentamiento legionario de Hispania entre finales del siglo I y los comienzos del IV d.C, por lo que los restos de los Principia de León son los únicos testimonios existentes de un cuartel general de una legión en España.

La pregunta que surge entonces es por qué la razón tanto la administración autonómica como la municipal abdicaron de su obligación de protección del patrimonio. Fueron los miembros de la Comisión de Patrimonio los que, el 22 de abril de 2004, decidieron que los restos no tenían por qué ser conservados. Casi inmediatamente después, el 30 de septiembre, los propietarios obtienen la licencia de obras. Fue el equipo de gobierno socialista del Ayuntamiento el que de manera tácita dieron el permiso ‘por silencio administrativo’. Cuando en diciembre el PP recupera la Alcaldía, inicia negociaciones con los promotores para llegar a un acuerdo que ponga fin a las ‘tribulaciones’ del recinto arqueológico. Así, entre otras cosas, se les ofrece permutar la parcela de San Pelayo por otra en el PAU de la Universidad, posibilidad que es rechazada. Comienza entonces una campaña para solicitar a la Junta de Castilla y León la declaración de los restos como Bien de Interés Cultural, extremo que también resulta desechado porque, según aseguraron, «ya gozaban de tal protección por hallarse dentro del perímetro del citado Plan Especial del Casco Histórico». Incluso el Procurador del Común denunció durante esos días que la Junta se negaba a proporcionarle el expediente técnico por el que se daba luz verde a la construcción de las viviendas.

Finalmente, el caso llegó a los tribunales porque en el proyecto básico presentado el sótano tenía tan sólo un sótano, mientras que en el de ejecución los propietarios pretendían construir dos, con lo que el Ayuntamiento lo denegó. Diez años y tres equipos de gobierno después, un juez está a punto de dar una solución.