«Nos enfrentamos a gente que desea acabar con la civilización»

Las imágenes de miembros del Estado Islámico reduciendo a escombros esculturas y otras obras de arte alumbradas por las primeras civilizaciones de la historia han estremecido al mundo. Y originarios del Kurdistán iraquí, una zona muy cercana a los lugares donde se están produciendo esas pérdidas incalculables —al norte del país, antaño solar de reinos como Asiria y de algunas de las ciudades más antiguas del mundo— son los arqueólogos Mala Awat (director general de Antigüedades del Kurdistán) y Narmin Ali Muhammad Amin, quienes este jueves imparten en el Instituto Bíblico y Oriental de León (Santo Martino, 5) la conferencia La arqueología en el Kurdistán iraquí y el monasterio de Bazyan, a las 20.00 horas y con entrada gratuita. Ayer aterrizaban en Madrid después de un largo viaje con escala en Estambul y en compañía de Mustafá Alí Kaifi, abogado de la Dirección General de Antigüedades de aquel país y que también intervendrá en la conferencia.

Jesús García Recio, director del Instituto y Museo Bíblico, se felicitaba por la llegada de estas tres destacadas personalidades, quienes visitarán por primera vez la ciudad de León y esta institución dedicada al estudio y divulgación de todas las culturas antiguas que acabaron por dar origen a la civilización judeocristiana. «Ya conocían la existencia del IBO y valoran su labor muy positivamente», comentaba García Recio, esperanzado de que la charla de pasado mañana sirva para iniciar una serie de contactos más estrechos entre Oriente Medio y la entidad que dirige. Además de León aprovecharán para visitar la capital granadina.

Preguntado por la preocupante situación que vive aquel área, Awat respondía a este periódico, vía telefónica, que los responsables culturales del país «estamos muy dolidos e inquietos por los sucesos que hemos presenciado últimamente». «Toda esa gente son un grupo de terroristas que ante todo están en contra de la civilización y por eso la hieren», continuó, recalcando que han enviado infinidad de cartas a la Unesco y a otros organismos culturales internacionales «porque nosotros, por nuestros únicos medios, no podemos hacer absolutamente nada», se lamentaba Mala Awat.

Y es que aunque la directora general de la Unesco, Irina Bokova, condenaba recientemente la destrucción, por parte del Estado Islámico, de diversos emplazamientos arqueológicos iraquíes, estos profesionales consideran «tibia» la reacción de Occidente y se sienten en gran medida «abandonados». En sentido, el responsable de los servicios jurídicos de la Dirección de Antigüedades, Mustafá Alí Kaifi, incidía ayer en que le resulta «incomprensible» que se cometan tropelías culturales —aparte, por supuesto de las humanas— de tal calibre, y que su estado de ánimo, ahora mismo, es de «dolor e impotencia». Todos ellos residen en Erbil, una ciudad universitaria que actualmente vive «en relativa calma», pero que, para inquietud de sus habitantes, «no está lejos de Mosul y su entorno, donde se están produciendo estos destrozos y ataques», continuó Awat. De esta manera, arqueólogos y operarios que trabajan en excavaciones al aire libre «temen la posibilidad de ser objeto de atentados», alertó.

En cuanto a su conferencia del jueves, el ponente transmitió que la importancia del monasterio de Bazyan viene dada por ser el primer emplazamiento cristiano de esta zona a medio camino entre Irak e Irán «que, por primera vez, se ha excavado con métodos científicos». El monasterio «ha puesto de relieve la destacada presencia cristiana en esa región en los siglos IV y V, antes de la llegada del Islam», dijo, y detalló Awat que se trata «de un conjunto monástico y también residencial muy notable, incluso con pequeñas fortificaciones anexas».

La intervención de estos expertos, los tres de fe islámica pero muy conocedores del pasado histórico y religioso de Oriente Próximo, servirá también para ofrecer en León un panorama global del tan desconocido patrimonio arqueológico kurdo.