«En poesía, lo que tiene que rimar es el pensamiento»

Aunque es autor de varios libros científicos, de creación y guías de viaje, además de responsable editorial de cientos de títulos en su ya larga y fecunda trayectoria profesional (tanto en Edilesa como al frente de su actual aventura empresarial, Rimpego), el perfil poético de Joaquín Alegre puede resultar quizá menos conocido. Pero hoy a las 20.00 en la sala Región del ILC, y junto a Héctor Escobar y José Enrique Martínez, descubrirá la que es segunda criatura lírica, Cuaderno de arena.

—Para quienes desconozcan esta faceta suya hay que recordar que en su día publicó otro poemario, ‘Diario de un 2000’.

—Sí, era un libro peculiar que mezclaba fotos y poemas, lo que entonces llamé foemas. Lo cierto es que he venido escribiendo poesía fundamentalmente para mí y algunos de los textos que ahora salen a la luz fueron escritos hace mucho tiempo... Ahora surgió la posibilidad de publicarlos en Eolas, ellos quieren cometer esa imprudencia y bueno, yo ya se lo he dicho: no soy responsable del entusiasmo ajeno.

—El poemario está dividido en tres partes, la última dedicada a esta ciudad...

—Sí, esa es fruto de un proyecto que comencé hace tiempo pero que no llegué a terminar del todo: consistía en sentarme en determinados rincones de León e intentar hacer una poesía que poco a poco se fuese convirtiendo en cuento. Máximo Gómez Rascón, que aunque tampoco es sabido es un gran poeta y un gran especialista en poesía, me diseccionó a la perfección esa parte y todo el poemario: dijo que era un libro «muy bello, pero también muy triste».

—Supongo que porque el libro habla de esa fragilidad, de esa perdurabilidad humana.

—Sí, nuestra vida se parece a ese castillo de arena que con tanto cuidado levanta el niño y que, de pronto, destroza por completo una ola marina. Somos eso, y parece mentira que, sabiéndolo, sigamos dedicándonos a degollarnos unos a otros en medio de un espacio tan grande que no nos entra en la cabeza. Por eso digo que somos el último ser de la Tierra que merezca el nombre de ‘racional’. Sólo hacemos bien lo de reproducirnos, o sea que acertamos cuando seguimos nuestro mandato animal.

—¿Es fiel lector de poesía?

—Soy un lector de poesía simplón que ha leído sobre todo a los clásicos, a Fray Luis de León, Machado, Hernández, Blas de Otero... pero poco a los contemporáneos, salvando los leoneses Gamoneda, Mestre y Colinas. También te diré que yo lo último que quiero es ir por la calle con la bufanda de poeta puesta. Un Fray Luis tiene que salir de un buen humus y yo me cuento entre los que hacen ese abono del que un día, quizá, puede salir algún gran árbol. Si lo piensas, la mierda es la cosa más poética que existe...

—Creo que una vez te preguntaron si hacías poesía «de la que rima o de la que no».

—Exacto (y respondí que hacía de las dos), pero es que hay como un reparo a la hora de leer en verso. Y la Odisea está escrita en verso. Y la Ilíada, y la Divina Comedia, y las comedias de Lope de Vega. De todas formas, la poesía tiene que rimar en el pensamiento, no en la forma.

—Un editor que publica en otra editorial, ¿no es curioso?

—Pues creo que es una señal de que entre dos empresas que se dedican a lo mismo puede existir una relación ya no cordial sino incluso de este tipo. Y es algo que dice mucho de la catadura moral de Héctor Escobar, para quien sólo tengo palabras de agradecimiento.

Lugar: Sala Región (calle Santa Nonia, 3).

Hora: 20.00.