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PATRIMONIO

Un ascensor al cielo de la Catedral

León estudió poner un elevador en la Torre Norte, pero el proyecto podría dañar las termas del subsuelo

El alcalde León de la Riva inauguró ayer el ascensor de la Catedral de Valladolid. A la derecha, la Torre Norte de la Catedral de León, donde se pensó también colocar un elevador

León

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Un edificio gótico con ascensor. No es un sueño, sino que existe un proyecto para instalar un elevador en la Torre Norte de la Catedral de León, para evitar la peligrosa y empinada escalera de caracol que da acceso al campanario.

La colocación de un montacargas facilitaría además la visita guiada por los tejados del templo gótico, un plan que proporcionaría más ingresos al Cabildo para poder ejecutar obras en el edificio, pero que se ha sido aplazado por las medidas de seguridad que exige. Un ingeniero estudió fórmulas para dotar a la Catedral de un ascensor como el que ayer inauguró la catedral de Valladolid, pero el proyecto ha sido aparcado por el momento debido a la ‘fragilidad’ del subsuelo. El templo leonés es un edificio más complicado que la catedral herreriana. La Pulchra es una construcción de ‘cristal’ que se asienta sobre unas gigantescas termas romanas, de dimensiones superiores al propio templo gótico —es decir, un monumento endeble sobre un ‘queso de gruyere’— . Por mínima que fuera la excavación en el solar catedralicio para instalar la caja del ascensor, no sólo podría dañar los vestigios de los baños romanos, sino que sería tentar a la estabilidad del propio edificio.

La catedral de Valladolid ofrece desde ayer una vista inédita de la ciudad. El elevador acristalado colocado en la Torre Sur o de la Epístola, que recorre cinco plantas con tres paradas en su descenso, ha costado 567.000 euros, financiados, según el alcalde, con cargo al 1% cultural.

La entrada por subir a la cima de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, es de cinco euros, la misma cantidad que cobra actualmente el templo leonés y cuyos ingresos han permitido restaurar hace sólo unos días la Torre del Reloj.

El alcalde Javier León de la Riva, para salir al paso de las críticas que ha levantado tanto el elevador como su coste, afirmó ayer que «se trata de una visita a la torre, de 70 metros de altura, que no ha inventado Valladolid, sino que se hace en multitud de iglesias del mundo». Ciertamente, el Duomo de Milán y las catedrales de Gran Canaria o Viena también tienen ascensores.

En realidad, la catedral vallisoletana ya tenía un elevador. El acceso a esta torre, la única finalizada de la catedral y rematada por un Sagrado Corazón visible desde toda la ciudad, se hace a través de dos ascensores, uno ya existente, que llegaba hasta la sala de digitalización de documentos y que se ha remozado y ampliado; y otro nuevo acristalado, que permite subir hasta el cuerpo de campanas.

La angosta escalera de la Torre Norte de la Catedral de León, con sus empinados 182 escalones, permitió a 200.000 personas ver de cerca las vidrieras desde la plataforma ‘suspendida’ bajo el rosetón central, dentro del llamado Sueño de la Luz. Las visitas se cerraban en diciembre de 2013 tras siete años, aunque la plataforma sigue en el mismo sitio, ya que fue concebida para la restauración de los vitrales. Por el momento, el Cabildo, acuciado por obras más urgentes como la rehabilitación del claustro o el hastial, dejará en suspenso el ascensor.