La Vega, otra bella desconocida
Un libro descubre cómo la centenaria iglesia del barrio de la Sal acoge algunas obras de los más importantes artistas y artesanos leoneses de principios del siglo XX.
La portada de la obra.
Al otro lado del río Bernesga, en un barrio que nació a finales del siglo XIX gracias a la llegada del ferrocarril, se encuentra la iglesia parroquial de San Francisco de la Vega, inaugurada en el año 1901, que en sus comienzos fue filial de la de San Marcelo y en la que trabajaron algunos de los artífices de la última gran restauración de la Catedral leonesa.
Ahora, los investigadores Celia Ropero y Juan Antonio Mateos acaban de publicar un libro lleno de ilustraciones a todo color en el que se desgrana la historia de un barrio que cuando se inició la construcción de su iglesia apenas contaba con un censo de cien vecinos, en su mayoría ferroviarios de profesión.
«A lo largo de unas 130 fotos comentadas —explican—, esta guía visual ilustra sobre los lugares en los que podemos ver los trabajos del arquitecto Juan Crisóstomo Torbado Flórez, del ceramista Zuloaga, del escultor Julio del Campo o del maestro vidriero Alonso Bolinaga, cuyo taller también sirvió para la restauración de las vidrieras de la Catedral, entre varios otros. También viene citado el callejero antiguo de la parroquia con su significado pormenorizado, una breve historia del barrio y algunas notas aclaratorias».
La iglesia de San Francisco de la Vega comenzó teniendo solamente una nave y su creación se debe al obispo Gómez Salazar. El obispo Luis Almarcha la amplió en el año 1960, añadiéndole dos nuevas naves.
«A finales del siglo XIX —recuerdan los autores—, la ciudad de León se mantenía dentro de las murallas romanas y medievales, y fue la llegada del ferrocarril en 1863 la que hizo que creciera a partir del Paseo de las Negrillas o Moreras, actual Ordoño II, hasta cruzar el río por el puente de hierro del ingeniero Saavedra, inaugurado en 1871 y sobre el que se levantó el llamado ‘de los leones’ que ahora conocemos. Todo esto ayudó al nacimiento del actual barrio de la Sal, antes conocido como ‘de Lenin’ o ‘Transvaal’». Un libro hermosamente ilustrado y lleno de curiosidades que nos ayuda a descubrir una iglesia que para muchos habrá pasado desapercibida, pero que atesora obras de gran calidad y belleza.
Recordemos que los autores han escrito otros libros en los que se recuperan la memoria de muchos aspectos desconocidos de León, especialmente del itinerario que marca en Camino de Santiago. Desde las inscripciones históricas a los fósiles perdidos en las calles de la ciudad, todo lo reseñable ha sido recogido minuciosamente en sus libros. Y, además, hay que reseñar que en los próximos días organizan un sugerente curso sobre el Camino de Santiago que tendrá lugar en el Instituto Bíblico Oriental, donde los interesados podrán solicitar información sobre el mismo.