Una semana no tan santa
Ya a está a la venta el documental que retrata el lado más canallesco de la pasión leonesa, unos días de Genarín, corros de chapas, limonadas y versos tabernarios.
No será santa pero es bendita. El envés de los días de pasión leonesa también existe y cuenta con su propia liturgia y sus propios mitos, y cada año aflora con vigor renovado en bares, plazuelas y rincones oscuros haciendo frente al abigarrado haz de papones, pasos, inciensos y redobles. Se trata de un patrimonio variopinto y tabernario, siempre sorprendente para los no iniciados que se lo encuentran o que en él intentan adentrarse. Y esa ‘otra’ Semana Santa es la protagonista de Bendita Semana , el documental del realizador Daniel de León que ya puede adquirirse a través de la página web de la productora que dirige. Una película mojada en limonada y poblada de corros de chapas, dolores de poesía en los bares y un sensacional anti-héroe y anti-santo llamado Genarín.
«Bendita Semana. Historia de otras pasiones , que ese es el título del audiovisual, fue grabado durante las pasadas Pascuas en los diferentes puntos de la ciudad que acogen o por los que transita esta colorista compaña de peculiaridades», explica Daniel de León, autor de otros títulos relacionados con los entresijos del viejo reino como son Los misterios de San Isidoro y Parlamentum , el último sobre la ciudad como cuna del parlamentarismo.
Este joven pero activo director, que ha firmado el documental junto a Txumi G. Chamorro, mantiene que la Semana Santa leonesa «tiene mucho fondo y grandes historias que contar». «La pasión religiosa la conocemos y se repite en muchas otras localidades, pero en esta ciudad existen además otras tradiciones, llamémoslas paganas, que cobran mayor importancia al celebrarse paralelamente a la pasión de Cristo. Y es que, en el fondo, todo está relacionado».
En concreto, Bendita Semana repasa manifestaciones como la limonada leonesa, cuyo consumo se denomina en toda la provincia ‘matar judíos’, el indulto del Martes Santo, la célebre ‘anti-procesión’ de Genarín y los corros de chapas, que tuvieron que recrear ante la imposibilidad de grabar uno, «por pudor de los jugadores», como recordó.
El documental, de 38 minutos de duración y grabado en alta definición, se vende a través de la página web de la productora, www.deleonfilms.com, al precio de 6 euros. Además, se ofrece subtitulado en inglés con el objetivo de que su radio de alcance sea aún mayor «y con idea de exportar las tradiciones paganas leonesas de estas fechas al mundo entero», manifestaba Daniel de León a este periódico. «La película, sin duda, hará las delicias de los amantes de León y sus costumbres, además de ser muy didáctico para los que las desconocen», prosiguió.
Preguntado ya anteriormente, con motivo de su grabación, por la razón según la cual una ciudad tan conservadora y celosa de sus costumbres como ésta oculta, al mismo tiempo, tantos rasgos heterodoxos, Daniel de León cree que «precisamente esa» puede ser la causa de que existen en ella tantas tradiciones paralelas: «Cuanta menor libertad, mayor es el deseo de crear nuevas formas de hacer las cosas, de abrir vías de escape», opinó.
Y de la noche en que el verso se acoda en las barras del Húmedo confesó que al equipo les había «sorprendido mucho» los Dolores de poesía en los bares , actividad que lleva seis años celebrándose al margen de toda institución. Fue algo que nos desveló lo grande y diversa que es la escéna poética de la ciudad, aunque siga resultando clandestina para el gran público».
Y de Genarín, la imagen sacralizada del paisano bebedor y mujeriego, del indigente a quien jamás nadie hizo el menor caso —la eterna controversia capitalina que divide a las gentes entre quienes lo siguen y quienes lo desprecian—, opina De León que surgió «de las ideas locas de cuatro poetas, y después el pueblo se fue sumando a esta fiesta hasta contar con toda una multitud de seguidores. Si el ayuntamiento, que hasta este momento ha permanecido al margen, quisiera ser partícipe de él, probablemente moriría el espíritu de espontaneidad y cambiaría la filosofía y la atmósfera del acto; además la ciudad ya sale beneficiada por esta afl uencia de público, que llega en masa precisamente por constituir un evento al margen de todo».