LITERATURA
Márkaris: «La alternativa a Syriza son los neonazis, y es mucho peor»
El escritor pone punto y final a su saga sobre la pobreza con ‘Hasta aquí hemos llegado’.
Ni antes de que ganara las elecciones ni ahora que gobierna, Petros Márkaris ha sentido simpatía alguna por Syriza, a su juicio «poco fiable», pero desea que triunfe en su gestión, porque la alternativa es «mucho peor», los neonazis de Amanecer Dorado. «Me guste o no -insiste-, quiero que tengan éxito».
Más que nada por el bien de Grecia, «por nuestro futuro», insiste, en una entrevista con Efe, el escritor y periodista griego, quien, «harto de escribir sobre la crisis», ha decidido poner punto y final a su serie de novelas ambientadas en dicho escenario de caos, pesadumbre y pobreza. Y ese punto y final tiene título, Hasta aquí hemos llegado, novela editada por Tusquets, como las tres anteriores sobre la crisis, Con el agua al cuello, Liquidación final y Pan, educación, libertad, todas ellas protagonizadas por el comisario Kostas Jaritos, su «criatura» literaria, que tantos éxitos le ha dado dentro y fuera de Grecia.
Si en las anteriores entregas los protagonistas de las investigaciones de este sabueso policial fueron banqueros, defraudadores, empresarios, jueces, políticos y constructores corruptos, entre otra «calaña», en la última novela de Petros Márkaris son «gente común, de la calle». Personas normales y corrientes que, al amparo de un denominado grupo de Los Griegos de los Años Cincuenta, se confabulan para liquidar a corruptos. Su objetivo es muy simple: empezar de cero, retrasar los relojes de la historia «y empezar de nuevo».
Pesimista sobre el futuro de Grecia, aunque no resignado, Márkaris ha comenzado ya la escritura de su nueva novela, también protagonizada por Jaritos, en la que, a modo de salto mortal, imagina un país en el que ya no hay crisis. Una Grecia que ha vuelto a «los tiempos buenos». «El crecimiento es el eje central —adelanta—, pero la clave es de dónde viene ese crecimiento». Mientras esa ficción se convierte en una realidad tangible, Márkaris habla del día a día en su país y cree que con Syriza la situación ha ido a «peor», aunque no niega una cierta «estabilización» en los últimos meses. «No mejora, pero tampoco ha empeorado», reconoce. «En Grecia —dice uno de los personajes de su novela— es mejor no tener muchas expectativas y es más prudente ser pesimista, porque así, al menos, estás preparado para lo peor».
Una reflexión que suscribe al cien por cien quien la escribió, Márkaris, para quien en su país «no es la oposición la que gana las elecciones, sino que son los gobiernos los que hacen las cosas mal y las pierden». Eso ocurrió, comenta, antes del triunfo en las urnas de Syriza, y eso es muy probable que suceda en el futuro, piensa.
Sostiene el escritor y periodista nacido en Estambul en 1937 que la realidad griega y española son diferentes, aunque los dos países tienen en común una altísima tasa de paro. «Cada vez que escucho que ya se acabó la crisis, me pregunto, ‘¿Y qué hay del paro?’». Y es que, sostiene, «lo único que importa es que los mercados nos quieran».
Eso sí, las clases políticas griega y española «son diferentes. Aquí en España no hay una extrema derecha en el gobierno (en comparación con el partido de derecha nacionalista Griegos Independientes, aliados de Alexis Tsipras), como allí, ni un partido nazi, que es la tercera fuerza política en votos».
Ruptura de la izquierda
Aunque le da miedo que eso mismo pueda ocurrir en España si el Partido Popular obtiene unos malos resultados electorales, que pongan en peligro su estabilidad y unidad. «Tenemos en común también -continúa- la ruptura del centro izquierda. Esto ha sido muy duro en mi país. Un vacío que es muy peligroso». Y sobre Podemos tiene muy claro el porqué de su auge. «Es, como Syriza, el resultado de la crisis, que en ambos países ha creado formaciones políticas que, a menudo, no son fiables. Son el resultado del enfado» de la gente. Márkaris cree que, «definitivamente sí», existe un riesgo de ruptura en Europa y se lamenta de que «cada vez más primen los intereses nacionales». «Sólo hay un discurso económico», añade Márkaris, quien echa en falta un discurso político «que una a la gente» y, por encima de todo, «que se hable de cultura, algo que no interesa a los mercados».
Pese a todo, Petros Márkaris tiene claro que, «digamos lo que digamos de los políticos europeos, del FMI o el Banco Central Europeo, sobre Bruselas..., la crisis griega es responsabilidad de los griegos. Somos nosotros los que hemos cometido los errores, no otra gente. No los podemos esconder. Desgraciadamente, tenemos costumbres muy malas, tanto desde el punto de vista político como personal».