El escudo de Luis Almarcha, en lugar preferente
Sin entrar en las innegables virtudes del centro sanitario, Fernández Castañón se reafirma en diversos sinsentidos del traslado, entre ellos la instalación «carente de criterio» de los muchos escudos nobiliarios que decoraban el viejo palacio, pero sobre todo haciendo notar «el mayor de los anacronismos»: el escudo del propio obispo Luis Almarcha mandado colocar sobre la puerta principal (izquierda). A la derecha, uno de los pabellones del palacio, dedicado a salones y habitaciones, en su emplazamiento original.