Los guerreros, vendidos, aparecen a 130 kilómetros de distancia
Arriba, ubicación actual de los soldados que originalmente custodiaban el palacio, aupados a los cubos pétreos que aún hoy resisten en Renedo de Valdetuéjar. Los centinelas acabaron en manos del industrial palentino Eugenio Fontaneda, quien los colocó a la entrada del castillo de Ampudia, que contiene su legado. En las imágenes de detalle puede apreciarse el maltrecho estado de estos guardianes.