Diario de León

CULTURA

El alma a través del barro

Charo Acera presenta en El Albéitar y Kanya Enmarcación su acción ‘Posa para mí’.

La artista Charo Acera posa junto a algunos de los bustos que conforman la exposición ‘Posa para mí’.

La artista Charo Acera posa junto a algunos de los bustos que conforman la exposición ‘Posa para mí’.

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MARCELINO CUEVAS | LEÓN
León

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Impresiona ver decenas de cabezas humanas ocupando el espacio del Albéitar. Y más cuando nos damos cuenta de que pertenecen a personajes importantes dentro de la cultura de esta lejana provincia de interior. Es como si una furibunda Salomé hubiera querido descabezar a un número ingente de personas. Como si en la galería del Albéitar se repitiera la historia del Bautista.

Pues no, Charo Acera, que es la firmante de este despliegue, no ha pretendido ser ni Salomé, ni Herodías, ha buscado, simplemente, retratar a sus amigos, a todos aquellos a los que la escultura dijo: Posa para mí. «Bueno –nos asegura- esto no es exactamente así, en la mayoría de los casos han sido ellos los que me han llamado y me han pedido figurar en este singular desfile».

El despliegue es impresionante y Charo Acera nos cuenta con cuantos compartió un café y unas pastas mientras posaban para el retrato: «Pues han sido sesenta y cinco, la mayoría de León, pero también hay algunos de fuera, de Madrid, Fuerteventura, Zaragoza…Ha sido un trabajo que se ha extendido en el tiempo durante casi dos años, exactamente veinte meses. Empezamos en el mes de septiembre del año 2013».

Los bustos son de tamaño natural y todos ellos han sido modelados en arcilla, aunque se diferencian entre sí por las distintas pátinas que les ha imprimido. «No es que tengan tratamientos muy importantes, buena parte de ellas están tal y como han salido del horno, pero otras tienen detalles de color en el pelo, el vestido o en los ojos que he pretendido que tengan en este caso una especial importancia». Charo Acera asegura que todo este trabajo lo ha realizado con la sola intención de «hacer cosas. Hacer cosas que de alguna manera estén relacionadas con la cultura que es lo que a mí me interesa. También he intentado mover a la gente a participar. Y una idea especial, como la exposición está divida en dos partes, una en el Albéitar y otra en Kanya Enmarcación, también he intentado mover a la gente hacia una parte de la ciudad que normalmente no es muy visitada».

Según la artista este es el final de un periplo que ha tenido reflejo en las redes sociales, a través de las que muchas personas ya tienen conocimiento de buena parte de las obras. Ahora tienen la oportunidad de verlas de una forma material, de apreciar los detalles de su terminación y de comprobar en vivo y en directo si los parecidos con los personajes retratados son reales. «Yo creo –dice- que será una visión un poco cotilla… ver quienes están y a quienes se parecen. También he querido que sean muy importantes los detalles, como el tratamiento de los ojos, el pelo o de las orejas. Como he ido trabajando las texturas en las distintas piezas».

Y en estas cabezas escultóricas hay también algo más, «En el retrato –explica- hay que profundizar para poder representar un poco el alma del personaje. Para ello ha sido muy positivo que la relación entre la escultura y el modelo haya sido un ejercicio lúdico. He tratado que el posado se convirtiera en un momento de relax en el que los dos disfrutáramos». Mónica Jorquera, con su violonchelo, puso música a la inauguración en el Albéitar. Kanya Enmarcación, de la calle Monasterio, 50 puede admirarse un gran mural en el que se recogen todas las miradas, todos los ojos de las esculturas, junto a siete de los bustos en barro cocido.

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