Diario de León

CULTURA

«Es emocionante dialogar con un artista que trabajó hace 500 años»

El escultor Amancio González asume el reto de completar la restauración del gran retablo de Valencia de Don Juan, obra del maestro renacentista Guillermo Doncel

Amancio González, trabajado en su revisión de ‘La transfiguración de Jesús’

Amancio González, trabajado en su revisión de ‘La transfiguración de Jesús’

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E. GANCEDO | LEÓN
León

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Formas contemporáneas para completar y redondear tallas y molduras alumbradas en el siglo XVI. Una mirada caracterizada por la rotundidad y el dinamismo, la de Amancio González, aplicada a un escenario tan poco usual para un artista moderno como es un retablo renacentista de grandes dimensiones. He aquí el trabajo que ocupa las mañanas y las tardes del escultor de Villahibiera, a quien la Diócesis de León encargó hace un mes una labor nada sencilla: la de diseñar y plasmar un conjunto, el de la Transfiguración de Jesús, pensado para reemplazar al original del retablo de la iglesia de San Pedro en Valencia de Don Juan, pieza dañada y objeto de una restauración en la década de los cincuenta realmente poco afortunada.

«Resulta emocionante poder dialogar con la obra de un artista que trabajó hace 500 años, está siendo muy enriquecedor», decía ayer Amancio González, quien trajina a contrarreloj en su taller de Lorenzana, mano a mano con el también escultor José Luis Lonjos, para dar cumplida respuesta al encargo efectuado por el responsable de patrimonio del obispado legionense, Máximo Gómez Rascón. Una decisión «valiente e inusual», la de abrir un templo y un retablo de gran valía a la escultura de orden contemporáneo, como reflexionó González, y sin duda una idea original para un problema de complicada solución.

El retablo es obra de Guillermo Doncel, autor de magnas creaciones en la región como, entre otras, los medallones de la fachada de San Marcos, la sillería del coro de este convento hoy Parador y las puertas del claustro catedralicio. En 1543 talló el retablo de la ya desaparecida iglesia coyantina del Salvador —en el siglo XIX se acomodó al actual templo neoclásico—, pero en tierra llana leonesa también colaboró con otro insigne maestro, Juan de Angers, en el monasterio de San María de Trianos, cerca de Sahagún.

La Transfiguración de Jesús, basada en el pasaje bíblico según el cual Jesús y los apóstoles Pedro, Juan y Santiago reciben la aparición de los profetas Moisés y Elías, es la pieza central del retablo y la revisión que ultima Amancio González cuenta con unas medidas de 2’67 metros de alto por 1’85 de ancho. Las figuras se abren paso a través de un árbol brasileño, la madera del ayus, «muy estable, sin nudos, de poco peso y a la vez de gran resistencia, hemos empleado cerca de dos metros cúbicos de ella», informó el autor.

El retablo coyantino está siendo objeto de una intensa labor de limpieza y reparación por parte del Taller de Restauración de la Diócesis de León, trabajos que suponen la culminación de la rehabilitación de la iglesia después de casi ocho años d actuaciones en todas sus facetas y que superan los 60.000 euros, sufragados por la parroquia a cuyo frente está Salvador Valbuena, un sacerdote especialmente preocupado por el patrimonio. La idea es inaugurar el remozado retablo con la novedosa escena de González y Lonjos el último domingo de junio, coincidiendo con las fiestas de San Pedro, titular del templo. Entonces se pondrá a prueba si el ayer y el hoy pueden convivir y compartir morada.

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