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EL ESTADO DEL PATRIMONIO

Lancia, la mal cercada

Vuelven a recortar la valla del yacimiento arqueológico y acceden a su interior mientras la Diputación promete repararla y denunciar ante la Guardia Civil los posibles robos

Estado del yacimiento de Lancia

Publicado por
E. GANCEDO | LEÓN
León

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«Validissima civitas», la llamó el historiador romano Floro, o sea, ‘muy poderosa ciudad’; para el también cronista Dión Casio fue «la mayor ciudad de los astures» y todos coincidieron en ponderar la fortaleza de un enclave que, a decir de las fuentes romanas, sobresalía en cuanto a su pujanza e inaccesibilidad. Hoy, por contra, no puede decirse lo mismo de Lancia. Porque a pesar de las repetidas denuncias de asociaciones en defensa del patrimonio —emitidas desde hace largo tiempo— y de una situación visible para todo aquel que quiera verla, recorrer su perímetro sigue produciendo una honda impresión de abandono. No sólo ante la imposibilidad de pasear por entre los vestigios del que un día fuera bastión inexpugnable que dominara las riberas del Porma y el Esla o la ausencia total de información sobre esta antigua ciudad —en forma de paneles didácticos, por ejemplo— sino ante los actos vandálicos que periódicamente registra la valla metálica que rodea el yacimiento.

En concreto, la alambrada aparece tumbada en algunos puntos y recortada en otros, con todo el aspecto de haber sido abierta para poder acceder a su interior. La Diputación, titular del enclave, tiene constancia del derribo del vallado pero no de estos boquetes, dado que, según informaron al Diario fuentes de la entidad provincial, algunos de sus trabajadores inspeccionaron el perímetro hace quince días y no los encontraron. Estas fuentes aseguraron que «mañana mismo» (por hoy) acudirán a comprobar los daños y, de encontrar pruebas de robos o expolio de materiales —hay restos de tégulas y otros elementos a la vista— denunciarán los hechos «ante la Guardia Civil», como especificaron.

Nuevos trabajos

Además, mencionaron la «dificultad» que entraña conservar la valla en buenas condiciones al no contar con vigilancia permanente («veinte veces la arreglamos, veinte veces nos la tiran») y recordaron que su labor en Lancia no se reduce a las campañas anuales de prospección arqueológica que promueve y financia sino también a su «mantenimiento». En este sentido, prometieron estudiar la situación y acometer lo antes posible la reparación del tendido, especialmente en los puntos en los que aparece caído —ahí los trabajos requieren especial cuidado porque el terreno está en desnivel y es necesario acondicionarlo primero—. Y anunciaron que en breve darán a conocer los detalles de la nueva campaña de excavaciones en la que volverán a participar, juntos, arqueólogos profesionales y estudiantes. Aunque fue, y sigue siendo, la parte baja de Lancia el epicentro de la polémica por detener el paso de la autovía A-60, la alta, conocida y estudiada desde hace tiempo, tampoco se libra de ella. A sólo unos metros del concurridísimo Camino de Santiago y en un balcón natural con vistas privilegiadas, el potencial del emplazamiento sigue dormido... y desprotegido.

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