CULTURA
López Castro: «El mundo del sueño es el de la libertad y la posibilidad»
La Universidad entregó su V Premio de Poesía en una ya consolidada velada literaria
Los versos maridaron bien con otras dos palabras que comienzan por uve, el vino y las viandas. Bajo el ya habitual epígrafe de velada literaria, la Universidad de León entregó ayer en el parador de San Marcos su ya quinto Premio de Poesía y a la vez volvió a oficiar esa liturgia del encuentro y la camaradería que en torno a la palabra —hablada o escrita— suele borbotear detrás de las buenas mesas.
El ganador del certamen era esta vez ‘de casa’. Armando López Castro, poeta y catedrático de Literatura Española en la ULE, recibió el galardón de manos del rector, José Ángel Hermida, quien aprovechó para anunciar las bases de la nueva convocatoria de un premio que camina hacia su plena consolidación. «Creo que el jurado ha visto en esta obra lo mismo que yo: que el mundo del sueño es el de la libertad y la posibilidad», afirmó López Castro, autor de varios títulos en los años ochenta pero quien desde entonces había aparcado la creación a favor de la investigación.
Previamente, el protagonista había personalizado una partida de libros de la obra ganadora, De sueño en sueño, poemario que comenzó a escribir hace cerca de tres años con el procedimiento de impregnar su mano derecha en una tinta elaborada por el también poeta y miembro del jurado Adolfo Alonso Ares y dejar después su huella impresa en cada ejemplar. «Se trata de una actividad que ya se ha convertido en tradición y que hace posible convertir una serie de volúmenes en únicos y diferentes», informaron fuentes de la Universidad de León. Precisamente los mismos que recibieron ayer como obsequio todos los asistentes a la velada.
Adolfo Alonso Ares explicó que en esta ocasión elaboró la tinta con agua recogida del campus de Vegazana, «que es el lugar en el que Armando trabaja y pasa una parte importante de su tiempo, pero también con agua del Bernesga, como representación de los ríos y la poesía, ya que además termina vertiendo en el Duero, que es muy machadiano y muy importante porque aproxima Castilla y León a la poesía». «Tiene también la tinta un poco de tierra de La Habana en representación de lo universal —continuó—, porque la poesía, sobre todo la buena, tiene que ser universal, para que los lectores de cualquier parte del mundo comprendan y sientan, desde la intimidad, lo que dicen las palabras».
La velada literaria surgió en su momento con el deseo de instituir una cita anual que sirviera de punto de encuentro para los amantes de la cultura y la poesía, y en sus sucesivas ediciones ha ido cuajando hasta convertirse en un lugar de reunión de destacadas personalidades de la literatura, la universidad y la empresa, así como representantes de todo tipo de instituciones. Esta vez, además, contó con la actuación del célebre juglar bañezano Crispín d’Olot y reunió a los ganadores de tres ediciones anteriores, Jaime Siles, Carlos Aganzo y Ricardo Bellveser, mientras que Clara Janés, recientemente elegida académica de la RAE, no pudo acudir.