NOVELA
«El crimen perfecto es fácil de cometer»
Donna Leon, la reina de la novela negra, publica ‘Sangre o amor’, una declaración de amor a la ópera.
Una buena zancadilla delante de unas escaleras, y «¡zas!», ahí está el crimen perfecto. La «receta» se la «da» a Efe Donna Leon, la ‘regina’ de la novela negra, la americana que cambió su país por Venecia, en cuyas calles transcurre, de nuevo, su último libro, una declaración de amor a la ópera.
«La ópera, en concreto la ópera barroca, me apasiona aunque Tosca también me encanta», explica la escritora (Nueva Jersey, 1942) sobre la elección de tema para la última aventura de Guido Brunetti, Sangre o amor, «tan, tan lírico» que Universal Music Spain ha editado con el mismo título una «banda sonora» que contiene 50 arias seleccionadas por la escritora.
Le aburre hasta el bostezo, asegura, el resto de las obras compuestas por Puccini, pero Tosca, «tan ridícula en su planteamiento», es «simplemente fantástica» en lo que se refiere a su personaje femenino.
La idea de que una representación de esa ópera en el veneciano teatro de La Fenice fuera el arranque de Sangre o amor le vino, como todas, «subito», en cuanto «vio» en su cabeza a una diva que recibe «asustada» una cascada de rosas amarillas al finalizar su representación.
«Es como ser un esquiador de salto de trampolín: vas subiendo la rampa, poquito a poquito y cuando estás arriba ya sabes que todo irá como la seda cuando te tires, es decir, cuando comience a escribir», detalla.
Desde que tiene la idea, revela, pueden pasar nueve meses o un año hasta que concluye el libro, que siempre tiene «365 páginas»: «Está claro cuánto tengo que escribir cada día», se ríe a carcajadas, encantada de estar de nuevo en España y de participar, como hizo ayer, de «una fiesta» como la Feria del Libro.
Leon, que vive desde hace 34 años en Venecia y que se niega en redondo a que sus libros sean traducidos al italiano para poder seguir viviendo «en paz», quiso para la novela que hace la 25 de sus «brunettis» que su protagonista fuera la soprano Flavia Petrelli.
«Brunetti ayudará Flavia, a la que acosa un admirador, porque son amigos de la infancia y en el libro se ve cómo él se siente, en cierta forma, atraído por ella, pero no cae, porque su relación con Paola es muy poderosa», «presume» sobre la «integridad» de su detective.
La soprano, «sin embargo», «no es un mujer sino una diva», es decir, recalca, «antepone siempre su carrera a cualquier otra cosa», un «género humano» que ella conoce bien por su implicación con la música clásica -ha fundado en la Toscana un grupo de cámara-».