Diario de León

PATRIMONIO

Santa Marina ‘resucita’ con el cepillo

Los fieles, que han pagado las obras de las dos últimas décadas, sufragan ahora la restauración de la portada.

Los andamios tapan la fachada principal de la iglesia de Santa Marina la Real.

Los andamios tapan la fachada principal de la iglesia de Santa Marina la Real.

León

Creado:

Actualizado:

La fachada principal de Santa Marina la Real ha ‘desaparecido’ tras los andamios. Los fieles pagan la restauración de la portada, que costará 13.000 euros y estará lista, según ha pactado el párroco, Félix Alvarado, para las fiestas del barrio —a mediados de julio—.

Todos los trabajos de conservación que se han llevado a cabo en esta iglesia del siglo XVI en los dieciocho años que Alvarado está ‘al mando’ de la parroquia han sido con cargo al ‘cepillo’. «Los feligreses han aportado en este tiempo alrededor de cincuenta millones de las antiguas pesetas (300.000 euros)», dice.

La actual intervención en la portada de Santa Marina permitirá frenar el deterioro que sufren muchas piedras y que será preciso sustituir. Los gélidos inviernos han fracturado algunos sillares. «Cuando llueve o hay fuertes vientos siempre se caen trocitos de la fachada», cuenta el párroco. Los trabajos que comienzan esta misma semana abarcan también la limpieza del frontal de la iglesia, columnas, sillares y la hornacina del arcángel San Miguel.

Hace tan sólo dos años esta iglesia, que preserva un espléndido lienzo de Murillo, la Aparición de la Virgen y el Niño a san Félix de Cantalicio, que ha pasado desapercibido hasta que el jurista leonés Alfonso García Melón reparó en él y le siguió la pista por archivos de medio mundo, sufrió una importante rehabilitación. Entonces los vecinos escotaron 25.000 euros para restaurar la parte de la iglesia que corresponde a la antigua casa de los jesuitas. «Reparamos el tejado, los canalones, la pared norte...».

El caso de Santa Marina es excepcional en la provincia, donde decenas de iglesias y ermitas están al borde de la ruina sin que ni el Obispado ni los vecinos y, mucho menos, las instituciones, aporten los fondos necesarios para mantenerlas en pie. Alvarado, en cambio, considera una obligación «mantener el legado tal y como lo he recibido y, si no mejorarlo, sí al menos conservarlo».

El párroco de Santa Marina ya tiene en mente la próxima obra. Cuando reúna los fondos suficientes, le gustaría pintar el interior del templo, cuyas paredes están completamente ennegrecidas. Según él, la iglesia no ha visto una mano de pintura desde 1974. Una empresa que él mismo califica como «palabras mayores».

tracking