Diario de León

CULTURA

La colección del Musac se ha revalorizado un 13,5% en diez años

El museo tiene establecidos los honorarios que reciben los comisarios de las exposiciones y los artistas

Uno de los almacenes en los que se conservan las piezas de la colección del Musac. En la imagen, pieza de Enrique Marty

Uno de los almacenes en los que se conservan las piezas de la colección del Musac. En la imagen, pieza de Enrique Marty

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CRISTINA FANJUL | LEÓN
León

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A pesar de que el valor del arte no tiene nada que ver con el precio que alcanza en el mercado, es un hecho que los artistas y sus obras ‘cotizan’ en la gran bolsa del mundo de la creación. El informe de Intervención en el que se destapa el gran desfase entre lo que el Ivam —Instituto de Arte de Valencia— pagó por determinadas obras y el valor que estas tenían realmente en ese momento en el mercado (en ocasiones de hasta un 1.500% más) ha puesto en el ojo del huracán la adquisición de piezas que realizan los museos de arte contemporáneo en España.

En el caso del Musac, la situación es radicalmente diferente a la del Ivam. Su colección, a pesar de la situación de crisis económica, que en muchos casos ha provocado una devaluación de numerosos artistas, no sólo ha mantenido su valor sino que se ha incrementado a nivel global.

En el verano de 2013 el museo encargó el primer informe de tasación de la colección, estudio realizado por una empresa externa al museo, Cianarte, que tasó todas las obras que el museo atesoraba en ese momento. En concreto, se tasaron 1.605 piezas de 335 artistas y se reveló que la colección se había revalorizado a comienzos de 2014 un 13,5%, con un valor de 14,7 millones de euros frente a los 13 millones invertidos por la Junta en su adquisición entre 2005 y 2010.

Manuel Olveira destaca que, como colección de una institución pública, la colección Musac se ha adquirido siempre con el valor patrimonial en mente, que va más allá de su valor económico, que está sujeto a las fluctuaciones del mercado.

La colección del Musac comenzó su andadura con artistas cuya creación se concentra sobre todo en los años ochenta. La vanguardia fue el leit motiv con el que se puso en marcha el proyecto del museo y la colección fue su bandera. De hecho, el propio Rafael Doctor, el primer director del museo, destacaba en el año de la fundación del centro que sólo pasarían a formar parte de la colección «aquellas obras más vanguardistas que conectaran con el espíritu del museo», un objetivo que se centraba en la apuesta por los artistas noveles, las nuevas tecnologías y la interrelación entre público y arte. «Este museo es el museo del presente y abarcará sólo las creaciones más actuales», repetía Doctor Roncero.

Con el tiempo, la colección comenzó a ‘engordar’ con piezas fundamentales de los años setenta, y la llegada de Manuel Olveira al centro de Tuñón y Mansilla supuso un nuevo camino para las piezas de la colección. «El museo tiene artistas decisivos de los años ochenta», subraya Olveira, que precisa que su determinación ahora es lograr piezas de corte conceptual, creadores de Europa del Este e hispanoamericanos.

Comisarios

Uno de los puntos más escandalosos del informe de Intervención sobre la gestión de Consuelo Ciscar en el Ivam se refiere a la contratación de los curadores. Según el citado informe, la directora gerente, en base a su criterio personal, decidía la contratación del comisario de cada exposición. El contrato del ‘curator’ establecía una numeración desde 3.000 hasta 75.000 euros pero «no hay un análisis previo para determinar el precio del contrato más conveniente para los intereses del Ivam.

Nunca ha ocurrido nada parecido en el Musac. De hecho, los honorarios de los comisarios de las exposiciones están fijados de manera clara. «Todos cobran exactamente lo mismo», destaca Olveira, que asegura que la labor curatorial en Vitrinas asciende a 3.000 euros mientras que un comisario de exposición de sala recibe un tope de 12.000 euros.

El director del Musac precisa que el precio total de una exposición no puede concretarse puesto que depende mucho del tipo y del tamaño de las piezas, pero asegura, eso sí, que al galerista de los artistas que participan o que protagonizan una muestra no reciben contraprestación alguna. «Generalmente, el galerista colabora con nosotros para prestarnos obra», revela Olveira, que añade que en ocasiones el museo decide adquirir alguna pieza de los artistas de las exposiciones, sobre todo en los casos en los que se trate de creadores que no están en la colección. «A veces, es el propio artista el que decide donar alguna pieza al museo», explica el director, que revela que durante este año el Musac ha recibido 30 donaciones y cinco depósitos. «Esta es una de las maneras que tiene una colección para crecer», precisa. Y es que entrar en una colección como la del Musac da valor a la obra de un artista o a la de un coleccionista, con lo que esta figura cada vez se repite con mayor frecuencia.

En cuanto a los honorarios que se establecen para los artistas, Manuel Olveira recuerda que al creador se le tiene que retribuir su dedicación en el museo, al que está confiriendo su nombre y prestigio. Precisa que en el caso de que presente obra nueva para la exposición, suele recibir unos honorarios de tres mil euros.

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