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CULTURA

Paisajes para la historia de un pintor laborioso

El leonés José Antonio Barrera repasa en el Auditorio su extensa trayectoria .

Barrera ha colgado en el Auditorio Ciudad de León su muestra ‘Una década de pintura’.

Publicado por
Marcelino Cuevas | León
León

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José Antonio Barrera pinta para vivir, y eso explica la enorme cantidad de obra que presenta en su exposición del Auditorio Ciudad de León. «Y esto no es nada —nos dice— en la casa del pueblo tengo enormes paquetes repletos de acuarelas y de óleos. Lo importante para mí es disfrutar cada día de los colores y las formas, de intentar convertirlos en un reflejo fiel de la naturaleza y de todo lo que me rodea».

El veterano pintor gusta de pintar paisajes expresionistas llenos de fuerza en los que los espacios naturales son protagonistas. Pero también refleja en sus obras los más típicos rincones leoneses y, de vez en cuando, detiene su mirada en domésticos bodegones.

Sobre José Antonio barrera ha dicho Emilio Morais: «Esa exploración constante es lo que le lleva a evolucionar, a progresar sin olvidar su pasado y a conformar poco a poco un estilo personal, ese carácter diferenciador que hace particular a cada artista y le otorga una seña distintiva de identidad. La evolución del estilo de J. A. Barrera ha sido constante pero realizada de manera muy suave, sin quiebros llamativos, de tal manera que es muy difícil marcar etapas con líneas divisorias nítidas en su trayectoria, como sucede a menudo con otros artífices».

Recorre el artista en su exposición una década de pintura, incluso algunas de las obras presentadas están situadas más lejos en el tiempo. Barrera prefiere claramente sus lienzos, considerando las acuarelas como un arte menor, algo que se pensó en el mundo del arte durante mucho tiempo. Pero en este caso las acuarelas del artista leonés merecen una especial atención. Son pinturas muy espontáneas en las que la gestualidad está siempre presente. Los colores en sus pinturas al agua son también más vibrantes, más cercanos a la naturaleza y a los rincones históricos que reflejan.

Pero volvamos a la interpretación que Morais hace de sus obras: «Paisajes de silencio —dice— que presumimos realizados en la callada actitud con que se enfrenta el pintor al mundo para desentrañarlo, armado únicamente con la paleta y los pinceles para vencer la resistencia que opone el lienzo blanco».

Una exposición llena de interés que ha servido de presentación para la nueva concejala de Cultura, Margarita Torres. Creemos que ella, que ha sido capaz de encontrar la escondida verdad de Santo Grial después de dos mil años de historia, seguro que también es capaz de bucear en el proceloso laberinto de los presupuestos municipales para encontrar un puñado de euros, psts conseguir un presupuesto, aunque sea mínimo, para que los artistas que presentan sus obras en las salas dependientes del Ayuntamiento tengan al menos el regalo de un tarjetón que recuerde la muestra y una caja de puntas y tornillos que les sirvan para colgar sus obras. Durante los últimos años la miseria ha sido extrema, por eso esperamos de la nueva concejala un pequeño milagro, como el del Grial.

Los artistas se lo merecen.