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‘Saludos cordiales’ de Andrea Bajani

El autor italiano explora en una novela el trasfondo de las cartas de despido.

El escritor italiano Andrea Bajani.

Publicado por
josé oliva | barcelona
León

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El escritor italiano Andrea Bajani, que acaba de publicar en España su primer libro, Saludos cordiales, una novela social que explora el trasfondo de las cartas de despido que escribe su protagonista, ha dicho que «vivimos una época de analfabetismo emotivo». En una entrevista concedida a Efe, Bajani señala que, «en una época de emoción y exaltación publicitaria, cuentan más las palabras de sentimientos dichas bien que los propios sentimientos, y en ese juego la literatura es todo el contrario».

En Saludos cordiales (Siruela), tras la marcha de la empresa del todopoderoso director de ventas, un gris empleado retoma uno de sus más denostados cometidos: escribir las cartas de despido, supuestamente humanas e inspiradoras, a sus compañeros, quienes por los pasillos le llaman el Matarife, mientras él recibe los elogios de la dirección. Reconoce Bajani que «las palabras siempre tienen un doble valor: pueden matar y salvarte la vida». El origen de la novela, con la que Bajani comenzó su carrera literaria y que ahora recupera Siruela, es una experiencia personal.

«Trabajaba en una sociedad de comunicación y mi jefe sabía que escribía, y en un momento, ante la necesidad de despedir a una persona, me pidió que hiciera yo la carta de despido, porque entendía que el objetivo de la literatura era conseguir un fin con las palabras más precisas posibles, pero me negué. Sin embargo, al llegar a casa comencé a escribir falsas cartas de despido».

En las cartas de despido de la novela se usan «las mismas palabras de sentimiento y afecto que utilizamos con los niños, pero su fin es causar daño, al mismo nivel de como funciona el lenguaje publicitario, que recurre a sentimientos para vender un producto». Los adultos del libro, señala el autor, querrían llevar una vida normal, trabajar, pero esto se lo niega un sistema que «para expulsarlos emplea la palabra, una palabra envenenada».

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