El Pendón de Baeza tendrá que esperar
El Cabildo de San Isidoro paraliza el proyecto de rehabilitación de la sala de los Quiñones que iba a acoger la exhibición de las telas regias y sagradas de la Colegiata.
Tendrá que seguir esperando. El Pendón de Baeza seguirá guardado, conservado en la oscuridad para evitar que se deteriore. Será así hasta que se acometa la gran obra de remodelación de espacios comprometida por Caja Madrid, luego Bankia y ahora Fundación Montemadrid.
El abad de San Isidoro, Francisco Rodríguez, admite la paralización sine die de las anunciadas obras de remodelación de la sala de los Quiñones. Era precisamente en ella donde se iban a mostrar los tesoros en tela que acoge la Colegiata, entre los que está en Pendón o el ajuar de doña Sancha. «El proyecto que realizó el arquitecto está hecho, pero entonces recibimos una llamada de la Fundación Montemadrid anunciando que retomaba el proyecto y decidimos parar», manifiesta Rodríguez Llamazares, que admite, no obstante, desconocer la fecha en la que se pondrán en marcha los trabajos de remodelación.
La Junta ya tiene el proyecto de la fundación, si bien desconoce cuándo lo dará de paso. Tampoco el abad parece conocer mucho más y admite que, al menos de momento, no tienen noticias, ni de Montemadrid ni de la Junta.
El pendón de Baeza fue restaurado en el año 2000 y se expuso entonces en la muestra San Isidoro Doctor Hispaniae. El proyecto del Cabildo ahora detenido buscaba convertirlo en una de las señas imprescindibles del museo y, para ello, el plan recogía mostrarlo de tal manera que pudiera admirarse, además, desde todos sus ángulos. También en la sala de los Quiiñones iba a exhibirse el ajuar de la infanta doña María, una de las piezas textiles más importantes de cuantas se conservan en España por cuanto que no existen prendas medievales tan antiguas — data del siglo XIII— como éstas. En consecuencia, está considerada una de las únicas joyas con las que puede estudiarse de manera directa los usos de la indumentaria de la Edad Media, una investigación para la que normalmente hay que acudir a otras fuentes como el arte. El ajuar está compuesto por un ataúd de estilo mudéjar, recubierto de tela de seda y cuero, un pellote de seda con forro de piel, un almohadón de brocado, con forro interior y relleno de plumón, un cojín, una camisa de algodón (rareza en la época) y unas calzas en lino crudo.