Diario de León

MINORÍAS ABSOLUTAS

Los neutrales

Publicado por
RAFAEL SARAVIA
León

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E l cinco de agosto de mil novecientos catorce, España y Estados Unidos se declararon neutrales en la Primera Guerra Mundial.

Lo neutral como signo inconfesable del miedo. Lícito como humildes seres humanos pero elemento diferenciador de los hombres y mujeres que se posicionan y enfrentan con postura y opción.

En España lo neutral siempre ha crecido. La vergüenza siempre es hierba fuerte y agarra con brío cualquier campo sin demasiada esperanza. Lo neutral siempre formó parte de los cobardes y el color que perpetúa el poder de unos pocos.

Nuestra España tiene su cosa, no vayamos a creer… tenemos el color gris instalado en los gobiernos que miran hacia otro lugar cuando se normalizan salarios de 600 euros al mes, cuando comer es una preocupación diaria y no un placer asociado a la dignidad del individuo. Tenemos como boina encastrada la neutralidad de los mercados y sus órdenes diarias para saciar lo especulativo y desvincularnos de lo humano. Esta neutralidad nos la aplican nuestros dignatarios como temiendo el castigo de un dios que no concede tregua. Ya no quedan héroes que dirijan… que se enfrenten con devoción y vocación —de mártires si es necesario— a cualquier hecho o enemigo que duela a ese pueblo que les dio el mando y la esperanza de su cultura futura.

Lo neutral es mi presidente del gobierno, por asumir las condiciones que una Europa sin consuelo de sí misma, apellidada con vulgaridad con los intereses de un sólo país, Alemania, dicta a diario en detrimento del pueblo que se supone ha de gobernar con valentía y rigor. Lo neutral es la falta de alianzas de los pueblos mediterráneos por estabilizar la dignidad y los mínimos fundamentales para una vida propia del siglo XXI. Lo neutral es el temor y su asunción, como si la troika fuese el dios castigador que todo lo extermina.

Pero esta España nuestra no siempre gasta para mal. No siempre se tuerce en el hastío de lo neutro. Un día como hoy, en mil novecientos veinticinco, un edicto judicial se emite contra Miguel de Unamuno. Empieza la disidencia valiente de un intelectual libre.

Pocos años después, también un cinco de agosto como hoy, en el año que finaliza nuestra desgraciada y atroz guerra, trece mujeres mueren por no ser indiferentes a lo neutral. Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brisac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente son ejecutadas, fusiladas por un régimen que no aceptaba la libertad y la dignidad como una opción. Trece rosas masacradas por defender lo plural como fundamento vital.

Hoy seguimos en esa dicotomía; España dividida entre los neutrales y sus aliados? que vencen pero no convencen… y aquellos que luchan por el cambio. Hoy nos acordamos y asumimos, como decía Unamuno, que a veces el silencio, es la peor mentira.

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